Hace unas semanas la imagen de un pequeño gato que fue dejado junto a una cesta con todas sus cosas, en una calle de Brooklyn en Estados Unidos, conmovió a los usuarios de Internet.
Algunos fueron a buscarlo, pero el animal había sido ahuyentado por un barrendero. Después de unos días fue hallado en un patio cercano a la calle donde fue dejado. El centro de rescate FatCats lo tiene bajo su cuidado por estos días y pronto será entregado a una nueva familia adoptiva.
“Ese gatito seguramente sufrió múltiples consecuencias producto de este abandono, como por ejemplo una baja en su sistema defensivo, ya que el animal quedó expuesto a diversas enfermedades”, afirmó sobre el tema la docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico, Sylvia Arrau, al portal 24 Horas de Chile.
Sus nuevos dueños deberán darle todo el cariño posible para aliviar un poco el triste abandono que sufrió. “Las consecuencias emocionales que tendrá este gato son muy negativas, ya que el animal ya no confiará en el hombre y presentará un carácter agresivo y desconfiado”, aseguró la experta.
Cuidado de animales
Abandonar animales va contra la tenencia responsable con la que deben actual todos los dueños de mascotas domésticas. “Los argumentos para tratar de justificar el abandono de un animal suelen ser muchos, pero no hay nada que lo valide” indica la académica.
Según Arrau, si se busca un perro guardián, la mejor opción será un pastor alemán o un Rottweiler bien educado, pero si se quiere un compañero para un anciano, el perro debe ser un animal de temperamento tranquilo y cariñoso, como un labrador o incluso un Gran Danés bien entrenado.
Por supuesto, los perros mestizos también pueden ser una excelente elección para tener un buen compañero.
“Con los gatos es un poco diferente, ya que es difícil elegir un gato y garantizar su futuro comportamiento, a no ser que adquiramos alguno de raza reconocida, con las características que esperamos de él”, agregó.
“Finalmente, en realidad el comportamiento de todos los animales depende muchísimo de la forma en que nos relacionemos con él, o sea, es gran parte nuestra responsabilidad y no culpa del animal”, concluye la especialista.