16 abr. 2024

¿Podrá Lula salvar a Dilma?

Por Alfredo Boccia Paz – galiboc@tigo.com.py

Alfredo Boccia.JPG

Imposible predecir el final de la crisis del Brasil. Toda la política latinoamericana se verá fuertemente influenciada por lo que suceda en los días que sigan a la Semana Santa.

Es una coyuntura compleja en la que hay por lo menos cuatro planos superpuestos.

Primero, el político, pues la polarización ha llegado a límites extremos por el desgaste que afecta a todo el sistema, no solo al partido de gobierno. Segundo, el económico, sentido por toda la población, afectada por la caída del crecimiento y los consiguientes ajustes de las políticas de redistribución.

Tercero, el social, porque, con autonomía de lo que sucede en los partidos, los movimientos sociales y juveniles demostraron una fuerza sorprendente en los últimos años. Y, cuarto, el ético, porque en el centro de todo está la corrupción, que no se inició con el gobierno petista, sino que viene de bastante antes, hasta el punto que el mensalão forma parte de la tradición parlamentaria brasileña. Eso no excusa al PT de los abusos de los que es acusado.

Para la derecha es una crisis terminal, causada por los desaciertos de Dilma Rousseff. Para la izquierda, se trata de una cruzada de las corporaciones empresariales y comunicacionales y de los partidos conservadores con la complicidad de sectores judiciales y policiales, dispuestos a tumbar por la vía legislativa a un gobierno elegido por más de 54 millones de votos. En estos días se lee con asiduidad en los periódicos brasileños la mención de un golpe blanco o “al estilo paraguayo”.

Dilma está lejos de tener la fuerza de Lula. Por eso recurre a él, intentando incorporarlo al gobierno. Cotejando riesgos, Lula aceptó, porque, curtido en la lucha, sabe que la verdadera intención de la derecha es eliminarlo a él de la política. Eso se evidencia en la truculencia con la que los jueces federales actuaron al detenerlo aparatosamente en un innecesario espectáculo mediático, en la divulgación de sus conversaciones telefónicas o en el empeño en impedir que asuma como ministro. El campo conservador no tiene líderes aglutinantes y está fragmentado.

Pese a estar muy golpeado por las denuncias de corrupción en el caso Petrobras, Lula sigue siendo un político muy popular, que podría volver a ganar en el 2018.

Nadie sabe si Dilma aún puede ser salvada, pero sí quién podría hacerlo. Lula podría reinventar las articulaciones, tan frágiles como creativas, que permitieron que el PT gobierne durante los últimos doce años. Solo que Lula en el Planalto podría quedarse allí hasta más allá del 2018. Es poco probable que eso suceda, pero en Brasil nada es imposible. Por eso la derecha pone su mejor esfuerzo en evitarlo.

Dentro de esa caótica situación, Lula ya ha logrado que la alicaída izquierda recupere algo de su viejo impulso, salga de nuevo a las calles y que artistas, intelectuales y notables vuelvan a unirse en torno al PT, del cual se sentían desilusionados.

¿Es suficiente eso para postergar el linchamiento del PT? Imposible saberlo. En cualquier caso, quien gane no estará cómodo. El continente tampoco.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.