Por mucho tiempo no tuvimos policía. Bajaban de las comisarías cercanas. Y sufríamos sus visitas. En aquellos tiempos alguno de ellos introdujo la droga. Recuerdo que hace más de 15 años la patrullera se acercaba a los partidos en la cancha Cañones para cobrar a los vendedores.
Después nos quitaron un trozo de cancha para la comisaría. Estuvo muchos meses funcionando sin haber sido oficialmente inaugurada. El presidente de turno no se atrevía a bajar al Bañado.
Cuando por fin se inauguró. Delante del viceministro del Interior dije públicamente que si esta comisaria iba a ser para nuestro mal, ladrillo a ladrillo, con paz, iba a desaparecer.
Desde entonces han ocurrido muchas cosas buenas y más malas.
Logramos que se filmara la tortura a patadas de policías a un muchacho esposado. Luego ha habido imputaciones a drogadictos o intento de acoso sexual a una drogadicta y el envío de inocentes a Tacumbú. Estas dos últimas semanas ha aumentado la violencia policial.
Un policía borracho abofeteó a un joven conocido públicamente por tardar en mostrarle la CI. No pudimos denunciarlo porque al día siguiente había desaparecido.
Un joven excelente iba en su cochecito, lo bajaron con malos modos y lo esposaron ante una multitud de vecinos que filmaron la escena. En la comisaría labraron un acta mentirosa. La presión fue tan grande que el comisario tuvo que admitir que se habían equivocado.
Hicieron un allanamiento violento en tres casas. Luego del desastre del registro se dieron cuenta de que se habían equivocado la dirección. Toda esta triste historia da mucho que pensar.
¡Qué bien nos haría un grupo de policías honestos, maduros, que nos ayudaran a crecer como barrio con su ejemplo y su sabia acción! Ikatu.