La economista desglosa en una publicación del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) los desafíos socioeconómicos que el próximo gobierno debe enfrentar para reducir la brecha de desigualdad que existe.
Para Serafini, los datos de las encuestas de hogares y de uso del tiempo ponen en evidencia las menores oportunidades económicas de las mujeres y las brechas que existen entre las jóvenes y adultas, indígenas y no indígenas, ricas y pobres.
“La inactividad económica afecta más a las mujeres que a los hombres. El 40,8% de las mujeres se declara inactiva en comparación con el 14,0% de los hombres. En el sector rural, la proporción disminuye a 12,1% en el caso de los hombres, pero aumenta a 44,3% en el de las mujeres”, señala el análisis.
Las restricciones que imponen a las mujeres sus roles tradicionales, la ausencia de servicios de cuidado que faciliten la decisión de entrar al mercado laboral y, en la edad adulta, la menor cobertura de seguridad social, explican, en muchos casos, los diferentes motivos de inactividad, según la experta.
Serafini menciona además que la subutilización de la mano de obra femenina duplica la masculina. La suma del desempleo y el subempleo da por resultado el nivel de subutilización de la mano de obra en una economía, que llega a casi el 17% de las mujeres que no encuentra empleo o trabaja menos horas que las que desea o de las que dispone para trabajar, frente al 9% de los hombres.
Estas condiciones laborales de desempleo, subempleo, sobrerrepresentación en el trabajo familiar no remunerado, en el empleo doméstico y en el trabajo por cuenta propia configuran un escenario de alta precariedad laboral, explica.
Sostiene también que las mujeres inactivas, desempleadas o que trabajan sin remuneración enfrentan altos riesgos frente a eventos individuales como la separación, la viudez, una enfermedad, entre otros, principalmente debido a la exclusión de los mecanismos de seguridad social.
Finalmente, la economista sugiere que este tema no puede estar ausente del debate político, de los programas de gobierno y, sobre todo, de las políticas públicas.
“Si no se toman iniciativas importantes en esa dirección, el Paraguay seguirá estando en los últimos lugares de cualquier índice internacional”, concluye Serafini.