Raúl Cortese - Itapúa
La denunciante comentó que el próximo 8 de diciembre cumplirá un año sin poder ver a su hijo de 5 años. El pequeño está con su papá, y es nieto de un conocido magistrado.
“Me denunció primero como alcohólica, por eso me sacó a mi bebé; no pudo probar; entonces me denunció por drogadicta. Me hicieron análisis de ADN de mi cabello, se llevó al Brasil para poder encontrar algo, no encontraron nada; me denunció por loca, tuve que sentarme con asesinos y delincuentes en una misma sala esperando que me evalúe el psiquiatra del mismo Poder Judicial en donde el abuelo de mi hijo manda”, relató la mujer.
Decidió hacer público su caso porque no halló en la Justicia paraguaya una sola esperanza de poder ver a su hijo, ni un mínimo gesto para que una madre pueda brindarle el cariño y calor que a esa edad tanto necesita un pequeño.
“Voy a recurrir a la Corte Interamericana, acá no se puede, la corrupción es una barbaridad. Ni una sola prueba encontraron en mi contra, pero a la hora de querer ver a mi hijo, la Justicia no me deja verlo”, reclamó visiblemente dolida.
La madre del bebé es médica, especialista en Nutrición. Jamás pensó vivir el calvario que hoy le toca experimentar, “Mi mundo está de cabeza, lo que pasé me hizo conocer a muchas mujeres que están sufriendo lo indeseable con casos increíbles en donde la Justicia les niega poder ver a sus hijos. La corrupción existente es una realidad”, dijo.
“Quiero que la gente me ayude, que alguien me ayude. En Paraguay hice todo lo que la Justicia me pedía que haga, nada salió a mi favor”, reflexionó.
Una acción de inconstitucionalidad fue presentada, “pero esa acción va a estar en un cajón, días, meses o años, y yo no quiero esperar años para ver a mi hijo”, aseguró.
Lamentó que todo lo que pidió nada le dieron, como la Cámara Gesell para su hijo, pero eso nunca fue posible.