Antes de empezar su ponencia, Soler, quien también es poeta y novelista, recordó el poemario El ruiseñor de la aurora, publicado en 1942. Leyó una parte de “Conversación con el hijo” y dijo que “esos versos que encontramos en este poema, bien hablan del aliento lírico de un escritor de raza, que cultivó con maestría géneros tan dispares como el guion de cine, la canción popular, el relato, los textos dramáticos, la novela”.
Añadió que Roa “tomó la palabra y ahí entregó lo mejor de su talento” y explicó que un poeta es siempre la suma de lo vivido, lo perdido y sus anhelos.
“Y Roa vivió intensamente, como un notario sin día de asueto. Ajustando cuentas con una realidad casi nunca grata, con la que se sintió severamente comprometido”, refirió.
El novelista siguió leyendo fragmentos de la obra de Augusto y comentó que su obra poética era un canto “al paisaje, al valor humano, a la fraterna complicidad de los débiles, al exilio”. Contó que sus poemas, también escritos en guaraní, fueron elaborados siempre con una singular destreza para el uso de imágenes potentes y expresiones de alto nivel.
“Estos versos son tremendos”, continuó. “Qué otra cosa es poesía, sino música y lenguaje. Y su personal mirada de ciudadano insatisfecho y atrevido. Y qué otra cosa es poesía, sino una peculiar y original manera de contemplar el mundo y sus desmanes. Roa, escritor cabal y total. Roa poeta”.
Además, dijo que los lectores encontrarán en “más de 600 páginas de buena poesía, sin buscarla, en Yo el Supremo, y en tantos otros textos del poeta Roa Bastos”.
“Los animo a leer Yo el Supremo”
“Les animo a leer o volver a leer Yo el supremo, perdiendo el miedo pero no el respeto a la gran obra”, dijo por su parte la doctora Evangelina Soltero, vicedecana de estudiantes del departamento de Filología Española de la Universidad Complutense de Madrid.
Sobre Yo el supremo, Evangelina Soltero comentó: “Roa Bastos no nos deja ser un lector cómodo, que deja la lectura y la retoma luego. Porque se corre el riesgo de perder la voz narrativa. Te desconcierta y obliga a caminar hacia atrás. Un trabajo para el que no estamos acostumbrados. Ahí también está el enriquecimiento del texto”.
A manera de conclusión, y haciendo una comparación con el tiempo actual, dijo que “al final Roa también recoge lo que eran los twits, los blogs del siglo XIX: los pasquines, los rumores, las pequeñas notas. Eso también es hoy el mundo de la red: mitificaciones, desmitificaciones, entronamientos, destronamientos, y vendrían a conformar en gran medida en el tema actual, lo que Roa trabaja con esa documentación”.
Recomendó leer la obra con paciencia y calma, y dijo que, al final, “lo que cuesta esfuerzo, se disfruta más”.
Más actos en Madrid
Este viernes prosiguieron los actos de recordación en el local de la Asociación Guaraní de Cooperación Paraguay-España, donde se habilitó la exhibición “Las maletas de Roa Bastos”, una colección de fotografías y documentos, elaborada por el Cabildo.
Las actividades volverán el lunes 26 nuevamente en la Casa de América, donde se tiene prevista la proyección de la película Hijo de Hombre, seguida de un debate dirigido por Ana Martini, directora de la Casa del Bicentenario del Audiovisual “Ignacio Núñez Soler”.