Con ello, finalmente, la profesional presentó renuncia a la defensa de Carmen Villalba, de su esposo Alcides Oviedo Brítez, además de Aldo Meza, todos miembros del EPP, tras siete años.
Ya antes, pero por otros motivos, Irala había renunciado a la defensa de Hugo Gill y Gabriela Samaniego, también condenados como miembros del grupo.
Ante esta situación, la jueza de Ejecución, Yolanda Morel, intimó a Villalba a que nombre un nuevo abogado defensor. Como no lo hizo, finalmente se le asignó un defensor público.
Según explicó la abogada Irala a la prensa, Carmen Villalba le pidió que renunciara a la defensa porque era incompatible con los ideales epepistas.