03 may. 2025

La ausencia del Estado sigue siendo el problema

Susana Oviedo – soviedo@uhora.com.py

Cuando faltan menos de 5 meses para el traspaso de mando de un gobierno a otro, que resultará de las elecciones del próximo 22 de abril, resulta tan significativo escucharle decir nada menos que al canciller nacional esta frase: “Debemos tener un poco más de presencia en la zona”.

Esta expresión formó parte de unas declaraciones que formuló el lunes, motivado por una publicación periodística que cuestionaba la actuación del Ministerio de Relaciones Exteriores ante el hecho en que militares brasileños detuvieron a dos indígenas yshir de esa localidad, en aguas jurisdiccionales paraguayas.

El ministro aclaró que la Cancillería “no busca protagonismo” por eso no informó de las gestiones que realizó para ocuparse del asunto y lograr que pobladores de Fuerte Olimpo levantaran el bloqueo del río, medida que adoptaron en protesta por la actuación de los uniformados brasileños en la zona.

Qué puede significar “un poco más de presencia” en esta parte del país tan lejano como aislado, donde ni siquiera se cuenta con camino de todo tiempo. Un lugar en el que la población sufre permanentemente los embates de la crisis vial; donde la provisión de electricidad cae con frecuencia y con ella el servicio de suministro de energía eléctrica; y la Región Sanitaria se ve en la necesidad de derivar pacientes aguas abajo, hacia Concepción, generalmente, para salvar vidas debido a la precariedad del servicio.

Vaya que hace falta reducir la ausencia del Estado, el gran problema que fueron heredando los sucesivos gobiernos desde 1989, los cuales, con matices, se ocuparon de reducirlo mediante cierta inversión, programas y abordaje. Todo lo cual sigue siendo insuficiente ante décadas de postergación.

El río significa mucho para el Alto Paraguay y, particularmente, para los habitantes de Puerto Casado, Fuerte Olimpo, Bahía Negra que, desafortunadamente, sienten mayor presencia del Brasil en los tramos de agua compartidos que de la Armada Paraguaya. La vigilancia brasileña es más patente pese a los destacamentos de la Armada nacional en Isla Margarita y en Fuerte Olimpo, entre otros, que no cuentan con la infraestructura ni el equipamiento del país vecino.

Si disponen de combustible para sus embarcaciones, ya se considera un gran avance.

En estas condiciones, es natural que los pobladores no se sientan protegidos ni por la Armada, ni por la Cancillería, ni por ninguna institución del Estado, y que resulte tan clarificadora la frase del canciller que, en los meses finales de su gestión, tome conciencia de que allí hace falta “un poco más de presencia” del Estado.

Según los indígenas yshir, la detención de los dos miembros de la comunidad se produjo en aguas del río Paraguay, a unos 2.000 metros de Olimpo. Según Brasil, no fue así. Este punto seguro seguirá en el debate, pero no todo el resto que tiene que ver con la cruda realidad de un Estado apenas presente, cuyas autoridades, sin embargo, hablan con soltura de soberanía.

Así que más que un “poco más de presencia”, lo que falta es una sostenida presencia del Estado en todo el territorio nacional, incluidas las aguas jurisdiccionales del país.

Quedan unos meses para que los ministerios de Exteriores, de Defensa Nacional, Obras Públicas, Salud Pública, Educación y Ciencias, la SAS y otras instituciones dirijan la mirada hacia el Alto Paraguay, cuya población ansía una efectiva presencia del Estado paraguayo.