No es novedad que lo realizado por Ruiz y un equipo de pobladores de la ciudad de San Ignacio, Misiones, se ganó el respeto y la admiración de propios y extraños, pero no faltaron quienes cuestionaron el imponente retablo de estilo barroco guaraní hecho de mazorcas de maíz, cocos y calabazas.
Fue precisamente la utilización de productos naturales lo que dividió opiniones. Si bien la mayoría aplaudió esta reivindicación a la agricultura familiar campesina, otros criticaron que se hayan empleado comestibles.
Sobre esto último, Koki Ruiz aclaró que el maíz no es comestible y que se utiliza para la elaboración de alimentos balanceados que se dan a los animales del campo.
En contacto con la 780 AM, explicó que son en total 32.000 mazorcas de maíz, equivalentes a media hectárea.
Consultado sobre las críticas desfavorables, Ruiz contestó lo siguiente: “Con el celular que mandan la queja ya podrían comprar esa media hectárea de maíz”.
Aclaró además que los 200.000 cocos utilizados son aquellos que se desperdician año tras año e insistió en la falta de voluntad de las autoridades para acopiar este alimento muy valorado en el interior del país.
Con respecto a las calabazas, señaló que son comestibles y que seguramente podrán ser consumidas después de la visita papal.
Finalmente, dijo sentirse pleno con la obra y añadió que su realización fue el mayor compromiso de su vida artística. “El compromiso fue superior a cualquier otro compromiso. Ahora me siento disfrutando de la gracia de Dios”, apuntó Koki Ruiz.