Jamie llegó al país con la misión particular de pintar murales en las escuelas y colegios públicos más necesitados, especialmente aquellos con estructuras en decadencia. Después llegó su esposa, Marian, quien durante un año se dedicó a enseñar inglés a niños económicamente carenciados.
El tiempo pasó y sus actividades altruistas debían parar, por lo que tuvieron que tomar una decisión: coincidieron en quedarse, ya que, para entonces, esta tierra bilingüe los había encantado para siempre. La ciudad que los acogió tras su llegada fue Ciudad del Este, pero hace un año residen y trabajan en Carmen del Paraná, Departamento de Itapúa.
Ambos británicos pintan en instituciones educativas públicas escenas bíblicas como las del buen samaritano, el buen pastor, entre otras. Hasta el momento, pintaron 900 murales en distintos puntos del país. Marian especificó que les atrae más ir a las escuelas más recónditas y las que, evidentemente, están más olvidadas.
Así fue como llegaron a Carmen del Paraná, que los cautivó por su tranquilidad y la naturaleza reinante. Pensaron en alquilar una casa y terminaron comprándola; actualmente, allí también funcionan su galería de arte y una oficina.
El dinero que recaudan de los cuadros es destinado, en gran parte, a las pintatas en los colegios; con eso compran la pintura, los pinceles y todo lo necesario. Además, Jamie es diseñador gráfico y elabora trabajos para empresas del exterior, donde también venden la mayor cantidad de cuadros.
“Mi estilo es pop art porque quiero poner color en todas las paredes de Paraguay”, aseguró el británico, añadiendo que los pedidos que más recibe en Paraguay son de retratos, puntualizó.
En Asunción, las obras de estos extranjeros pueden encontrarse en las galerías de arte Del Rey y Matices; también venden a través de su página en Facebook.
“Amamos a Paraguay”, expresó Marian y agradeció la hospitalidad de los paraguayos. Incluso comentó que sus parientes ingleses expresan deseos de quedarse, siempre que visitan el país.