EFE
En Paraguay, donde hay unos 120.000 indígenas, según el censo de 2012, la mayoría se ubica en zonas rurales, si bien existen comunidades que fueron desplazadas de sus tierras y se instalaron en las periferias de ciudades como Filadelfia, en el Chaco.
“Fueron asentándose en busca de trabajo hasta instalarse en un lugar más permanente”, aseguró el experto, quien añadió que esos indígenas se dedican a actividades ligadas al “trabajo forzoso” o a otras en “condiciones desventajosas”, con empleos como tractoristas, mecánicos, albañiles o empleados domésticos.
Además de esta precaria situación laboral, Vera también denunció que existe hostilidad hacia los indígenas urbanos ya que “en el imaginario se les conceptúa como del monte y no son aceptados”.
Asimismo, señaló que “muchos no tienen títulos de propiedad” y viven en lotes de 10 por 10 metros que comparten entre varias familias.
Esto lleva implícito que se les pueda expulsar en cualquier momento, puesto que la tierra no es suya.
En este sentido, desde Oxfam subrayan que existe un déficit de tierras para indígenas cercano al millón de hectáreas, a pesar de que son “los pobladores originarios”, como dijo Vera.
Por otro lado, su carencia de tierras hace que algunos sectores de la sociedad les nieguen “el derecho a ser asistidos” puesto que “no tributan”.
Vera recordó que Paraguay ha suscrito los convenios internacionales al respecto; pero, en su opinión, “hay un retroceso muy grande”, fruto del desconocimiento “del estatus de las comunidades indígenas”.
El Día de los Pueblos Indígenas, celebrado en todo el mundo el 9 de agosto desde que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) eligió este día en 2007, pretende llamar la atención sobre este problema.
A esa celebración se sumó hoy el presidente paraguayo, Horacio Cartes, quien en sus redes sociales expresó el compromiso del Gobierno “de construir un Paraguay que valora y defiende sus raíces”.