Barack Obama pisó suelo cubano el domingo pasado y se comienza a recomponer una relación rota hace unos 60 años. El injusto embargo a Cuba –que ya lleva 54 años– todavía no se levanta, pero ya falta poquito.
El mundo observa maravillado este hecho histórico. El castrocomunismo, etc., etc. ya no es el enemigo.
Obama y su esposa paseando en un almendrón por el Malecón (perdón por la rima), ver para creerlo.
Hasta los gringos se reconcilian con Cuba, y mientras estas cosas suceden, en este atormentado corazón de Sudamérica la construcción de un superviaducto nos obliga a aterrizar violentamente en nuestra miserable realidad.
La intersección de Aviadores del Chaco y Madame Lynch es el epicentro del gran despelote. Lo viene siendo desde hace tiempo, solo que ahora, con el inicio de la construcción del mentado viaducto, el desmadre adquirió dimensiones de catástrofe.
Para los pobladores de Luque, Asunción, Areguá, Mariano Roque Alonso, Limpio y otras ciudades aledañas, lo que deben soportar en estos días es el caos en forma de un kilométrico embotellamiento.
Además de la paciencia, la gente pierde horas en la nerviosa espera.
Colgados en la estribera de un ómnibus repleto o en la comodidad de una 4 x 4 con el aire acondicionado a full, son horas y horas para llegar al trabajo, o para regresar al hogar. Son horas robadas al laburo, al descanso y a la familia.
Y lo peor es la certeza de que a los que nos malgobiernan les trae sin cuidado. A las autoridades el padecimiento de los ciudadanos no les importa. Nunca se enteran, porque el plagueo y las puteadas no llegan a sus oficinas de burócratas inútiles.
Pero además de la torpeza y la ineptitud del MOPC, responsable de la construcción de la obra, se debe señalar la pésima gestión. El tema de los desvíos se convirtió en un tiki tiki interminable.
Hace 3 meses, un funcionario del MOPC había dicho que la empresa que ganó la concesión debía armar el plan de desvíos, y que el MOPC ya había planificado las direcciones de las calles colectoras, y que la constructora debía determinar la zona de bloqueos y zonas afectadas.
La obra ya se inició, pero los desvíos ni están listos ni son suficientes. El MOPC le echa la culpa al nuevo intendente de Asunción, que no es colorado como ellos y se percibe el tufillo a boicot.
En medio de este despelote, el único que sufre las consecuencias es el ciudadano, que debe salir de su casa al menos tres horas antes, si no, no llega al laburo.
La gente se convirtió en rehén de estos políticos inútiles y desalmados, que solo piensan en jorobar al adversario, en la reelección y en el 2018.
Mientras tanto, señora, eñecalmá, porque al ministro le tienen sin cuidado el embotellamiento y tu estrés.