Al igual que la fecha anterior, el Aurinegro no fue claramente superior al rival, pero supo administrar la diferencia que sacó en el primer tiempo con el gol de Néstor Camacho, que contó con la complicidad de Jorge Chena. El golero albinegro cometió un gravísimo error. No pudo contener o desviar el remate que no fue muy potente, ni esquinado.
POCO PESO. Los visitantes jugaron con practicidad, hicieron la diferencia, pero carecieron de peso ofensivo para ampliar el marcador.
Rodrigo López no tiene recorrido y mucho menos velocidad para engranar en la propuesta de Garnero. La alternativa es Borja, pero este no termina de aplomarse. Una vez que corrija ese déficit, Guaraní será un equipo competitivo y con chapa de candidato a ganar el torneo.
golpeado. En tanto, Libertad sigue tambaleante, no termina aún de levantarse de la lona tras la dura caída que significó la eliminación copera.
Eduardo Villalba intentó refrescar su equipo con la presencia de Andrés Miers e Iván Ramírez, para tratar de apuntalar la tarea de Marcelo Cañete, que fue el único que intentó dar claridad al juego de los locales.
Los gumarelos tuvieron momentos donde insinuaron buen juego e intentaron ser protagonistas, pero las imprecisiones y la apatía de algunos jugadores les privaron de algo mejor en el partido.
Anímicamente se nota que el grupo está muy castigado. Santiago Salcedo, el referente y pieza clave en la obtención del título logrado en el semestre pasado, se desgasta más recriminando a sus compañeros, que intentando jugar. Fue remplazado y se retiró irritado. Libertad necesita que los más experimentados pongan pecho a las balas o de lo contrario el repunte no se dará.