La medida de la Cámara Baja resultó un tanto sorpresiva, ya que se especulaba que la mayoría cartista se plegaría a la recomendación del ministro de Hacienda, Santiago Peña, quien había señalado públicamente que no sería lo más acertado para el presupuesto estatal.
Los únicos diputados que votaron por rechazar la ampliación fueron Hugo Rubín y Ramón Duarte, contra 67 a favor y 3 que no votaron.
De esta manera, el funcionariado de la Cámara Baja gana la pulseada consiguiendo una ampliación presupuestaria de G. 12.599.300.000 para el Congreso. De dicho monto, unos G. 8.800 millones serán destinados para el pago de gratificaciones (tercer aguinaldo) a los funcionarios de la Cámara de Diputados.
Por otra parte G. 3.117.200.000 irán para los 10 cargos a ser creados para los funcionarios que fueron repuestos por vía judicial.
Ahora, el proyecto de ampliación presupuestaria pasa a la Cámara de Senadores. De aprobarse en esta instancia, la promulgación queda en manos del Poder Ejecutivo, aunque fuentes cercanas al oficialismo adelantan el veto del presidente de la República, Horacio Cartes.