12 may. 2025

Diez chiquilines que forzaron salida de ministra en histórica gesta estudiantil

Nunca antes se había producido una revuelta de estudiantes secundarios de esta magnitud y que, de la ocupación de un aula de colegio, se tuerza la voluntad de una ministra de Gobierno aferrada a su cargo.

Viral.  La protesta iniciada por un puñado de jóvenes se expandió a todo el país, con la toma de varios  colegios.

Viral. La protesta iniciada por un puñado de jóvenes se expandió a todo el país, con la toma de varios colegios.

Ni ellos dimensionaron lo que habían propiciado, el martes pasado, al entrar al colegio República Argentina y cerrar las puertas de acceso a la institución. “Salimos corriendo diez jóvenes, espantados (por la irrupción policial en el colegio tomado) y jamás pensamos que íbamos a hacer historia”, cuenta Héber Méndez, uno de los líderes del grupo que se atrincheró durante casi tres días en un aula.

Eran poco más de veinte alumnos. “Cerramos todas las puertas de entrada al colegio y nuestra idea, al principio, era encerrarnos a estudiar la situación del país y del Ministerio de Educación”, comenta Camila Benítez, que del colegio Dr. Fernando de la Mora fue a encabezar la toma en el República Argentina.

Pero la llegada de la Policía modificó todos sus planes. “Ellos (los uniformados) interrumpieron nuestro plan al romper la puerta”, relata Camila y confiesa que en ese instante “se me pasó por la cabeza que me iba a ir a la cárcel o me iban a imputar”, señala al recordar que huyeron despavoridos y con temor.

Sin precedentes. Personas de diferentes partes del mundo acercaron su apoyo a la rebelión que iniciaron. De España, Noruega, Estados Unidos, Brasil, Chile, Argentina, y otros, les dejaban mensajes en sus muros de Facebook.

Alfredo Boccia, analista político, suscribe que la reciente rebelión iniciada con la toma de un colegio “no tiene precedentes en la historia del país”. Apunta que el antecedente más cercano data de 1969, con la visita de Nelson Rockefeller al país (ex gobernador de Nueva York).

“En esa oportunidad, alumnos del Cristo Rey y del San José se encerraron en sus iglesias durante algunos días”, dice al contraponer que se trataba más bien de una protesta simbólica antes que gremial.

Advertencia. Para Boccia, que en una protesta de tres días renunciara la ministra de Educación constituye un mensaje contundente al Gobierno de Horacio Cartes. “Hay que hacer otra lectura de lo que está pasando con esta generación que está harta, mucho más que nosotros, de la corrupción y la falta de oportunidades (...) Marta Lafuente no iba a ser tumbada si no fuera por esta cuestión del cocido de oro. La gente está podrida de los sinvergüenzas”, remata.

Otros analistas como Amílcar Ferreira también dan cuenta en las redes del hartazgo de esta generación que no repara en exigir mejor educación.

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