Paola Horita, abogada de la Fundación, indicó que ella fue notificada de una resolución judicial del Juzgado Civil de la magistrada Máxima Meza; sin embargo, cuando fue a verificar el expediente se percató que el auto interlocutorio no estaba.
Todo se inició –comentó– duante la feria judicial, cuando Luciano Perier, hijo del difunto líder de la Fundación, se presentó en el Juzgado de CDE e inició un juicio de desalojo del predio del inquilino Onorio Guntzel. Luciano no tiene vínculos con la institución, dijo.
Cuando se enteró, la Fundación intercedió en el juicio en calidad de dueño del inmueble. El 14 de octubre el juzgado hizo lugar a la intervención y ordenó la sustitución en el expediente, dejando a la Fundación como propietaria. Pero ese auto interlocutorio desapareció.
El 10 de noviembre, la abogada se hizo presente con un notario en el Consejo de Administración. Según el acta notarial, se constató que la resolución A.I. 965 figuraba en el sistema de gestión como “en proceso”, con fecha de 7 de noviembre. Además, el funcionario Isidro González reconoció que los escritos y la firma de la notificación eran suyas. Horita dijo que espera un sumario para investigar la presunta irregularidad, ya que luego del supuesto cambio, ella fue condenada a pagar las costas del juicio.