El documento fue firmado luego de varias reuniones de los grupos enfrentados con autoridades del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert).
El principal acuerdo al que llegaron es la firma de una tregua de 20 días, durante los cuales los colonos no realizarán tareas de cultivo en las tierras en litigio.
Además de la tregua, las partes se comprometieron a proseguir con las negociaciones en pos de un acuerdo definitivo que armonice con los intereses de las partes involucradas.
También hubo un compromiso de evitar las provocaciones, por ambas partes, y evitar la violencia, en cualquiera de sus formas, entre los sectores enfrentados, así como hacer el esfuerzo para evitar la difusión de “informes contaminados de forma política, partidaria o ideológica”.
Otro punto al que se le dio el visto bueno es que se permita el libre tránsito de todos los ciudadanos en los caminos vecinales y públicos, así como respetar los derechos y las libertades de los habitantes.
Las partes también acordaron facilitar al Indert las labores técnicas, tales como registro, identificación y censo en el sitio en conflicto.
SORPRESA. Jair Weber, quien representó en las tratativas a los colonos brasiguayos, expresó: “No esperábamos ese acuerdo de esperar 20 días para el cultivo, pero vamos a cumplir”.
Subrayó además que “llegamos a un acuerdo para evitar la violencia y optar por el camino del diálogo”.
Por su parte, el dirigente de la zona, Elvio Araújo, presidente de la Comisión Vecinal de Guahory, manifestó que están “esperanzados” en avanzar hacia una solución definitiva por medio de las conversaciones entre todos los sectores.
PEDIDO DE CARTES. Tras la firma del acuerdo, el titular del Indert, Justo Cárdenas, dijo que el “presidente de la República, Horacio Cartes, dio instrucciones precisas para brindar soluciones reales y definitivas a las familias campesinas de Guahory”.
Resaltó el hecho de que “por primera vez están sentados en una mesa los colonos con títulos en el lugar y los compatriotas paraguayos que desean una parcela de tierra”.
Consideró además que el reclamo de los campesinos “es un pedido justo y legítimo”.