Según refirió el extranjero, él se encontraba dentro de su vehículo en compañía de uno de sus hijos, frente al Hospital de Barrio Obrero, donde acompañaba a un pariente que se sentía mal de salud. Allí, una patrullera que pasó dos veces por el lugar lo interceptó abruptamente para pedirle sus documentos de identidad, comentó.
“Sin darme ninguna explicación me interceptaron de manera violenta, me pidieron mis documentos y me sacaban fotos mientras hablaban por celular. Me fui a hacer mi denuncia en esa misma comisaría y se negaron a tomármela, al igual que en la Jefatura de Policía”, denunció.
“Pasaron varias veces hacia donde yo estaba y luego esperaron y me interceptaron bruscamente. Intenté denunciar el hecho pero me cerraban las puertas. ¿Qué es lo que un ciudadano puede hacer cuando la Policía abusa de su poder por tener un uniforme?”, se cuestionó en contacto con la emisora 970 AM.
Por su parte, el comisario Mario Medina, de la Comisaría 4ª. Metropolitana, dijo a la misma emisora radial que tal actuación responde a un procedimiento normal debido a que recibieron una llamada anónima que alertaba sobre la portación de un arma de fuego por parte del ciudadano oriental.
Al recibir la denuncia interceptaron al hombre y le pidieron sus documentos. Al constatar que el extranjero cuenta con permiso para portar armas se retiraron del lugar, señaló. Refirió igualmente que el procedimiento es “absolutamente normal” y que la Constitución Nacional y las leyes facultan a los uniformados a realizar tales procedimientos en la vía pública.