BRASILIA - BRASIL
La muerte en accidente aéreo del juez Teori Zavascki, responsable en la Corte Suprema de la investigación del escándalo en Petrobras, abrió un periodo de cabildeo en un Brasil que espera la continuidad del mayor proceso anticorrupción de su historia.
Zavascki falleció la semana pasada en un accidente aéreo ocurrido en el litoral de Río de Janeiro, que tuvo un fuerte impacto en lo jurídico y lo político, pues el magistrado analizaba el contenido de las delaciones de 77 ex directivos de la empresa Odebrecht sobre la vasta red de corrupción que operó en la petrolera estatal.
Según diversas fuentes, esos testimonios, ofrecidos en el marco de acuerdo de cooperación judicial, pueden desvelar la actuación en esa trama corrupta de unos 200 políticos, entre los cuales se afirma que hay tanto diputados, como senadores y gobernadores. Las delaciones pudieran alcanzar incluso al presidente del país, Michel Temer, quien según la prensa local ha sido acusado por uno de los declarantes de recibir dinero de la corrupción para campañas electorales, al igual que algunos de sus actuales ministros.
Zavascki actuaba como instructor del caso en la Corte Suprema y su muerte ha abierto un paréntesis en la investigación, así como ha desatado un intenso cabildeo en torno a su sustituto en ese caso, que desde hace poco más de dos años sacude a la política brasileña.
También está pendiente la designación del sucesor de Zavascki en el pleno del Supremo, lo cual es una atribución del presidente del país, que, al parecer, en este caso ha sido salpicado en algunos testimonios prestados por exdirectivos de Odebrecht.
El elegido por Temer deberá ser aprobado luego por un Senado en el que, también, ocupan un escaño muchos políticos sospechosos o ya investigados por su supuesta participación en esas corruptelas.
Ese nuevo miembro del Supremo pudiera haber sido, además, de acuerdo a normas internas del tribunal, quien heredara todos los casos que tenía en manos Zavascki, incluido el relativo a Petrobras.