EFE
En un encuentro con corresponsales en Alemania, Münch señaló que es “probable” que los autores del ciberataque contra el Bundestag (cámara baja) en 2015, una acción detrás de la cual las fuerzas de seguridad alemanas sospechan que se sitúa Moscú, puedan tratar de sacarle partido en la campaña electoral a los documentos robados.
“Si se sustrajo información que pudiese tener un significado en la campaña electoral”, argumentó Münch, ésta “podría ser utilizada en el marco de la contienda electoral” con el objetivo último de “influir” en el resultado de la votación.
Münch, alegando que la investigación sigue en curso, no quiso detallar qué información fue sustraída de los ordenadores del Bundestag, un caso que la inteligencia alemana ha atribuido al grupo de “hackers” APT 28, al que se relaciona con el Gobierno ruso.
El ciberataque de 2015 obligó al Bundestag a revisar por completo su red de ordenadores ante la sospecha de que los piratas informáticos habían accedido a los aparatos de todos los grupos parlamentarios, tanto los gubernamentales como los opositores.
A raíz de este golpe, la cámara aprobó una ley de seguridad informática para reforzar los dispositivos de protección contra “hackers”.
Los servicios secretos atribuyeron el ataque a “elementos externos” y la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) alertó ya entonces del alto grado de sofisticación alcanzado por los “hackers” rusos.
Posteriormente el Gobierno alemán ha indicado repetidas veces que teme que gobiernos extranjeros traten de influir en las elecciones generales, previstas para el 24 de septiembre, a través de este tipo de ataques, informaciones falsas y campañas de desinformación.