El legendario exguerrillero anunció hace una semana su intención de dejar el cargo, cuyo mandato expiraba en 2017, una vez completado la remodelación del actual gobierno que justificó por la necesidad de dar paso a “los líderes del futuro” del país.
Gusmao comunicó su decisión en una carta que entregó anoche al presidente José María de Vasconcelos, alias Taur Matan Ruak, en la que atribuyó el paso al “acuerdo común” acerca de la necesidad de llevar a cabo “una reestructuración profunda”, según el portal timorense “Sapo”.
En la carta Gusmao indicó que la reestructuración persigue mejorar la eficiencia del gobierno y dar oportunidades a una nueva generación de líderes para gobernar en los dos años y medio que quedan de legislatura.
Antes, Gusmao anunció a su partido, el Consejo Nacional para la Reconstrucción de Timor Oriental (CNRT), y a sus socios de Gobierno -Partido Democrático y Frente para el Cambio- que su sucesor será el ex ministro de Sanidad, Rui Aráujo.
Aráujo forma parte del comité central del opositor Fretilin, formación que gobernó el país los primeros cinco años tras la independencia en 2002, y que fue la segunda formación más votada en las elecciones de 2012, tras el CNRT.
Según “Sapo”, la elección de Aráujo ha creado un “gran malestar” en el seno de los tres partidos de la coalición pese a contar con el apoyo de veteranos dirigentes como el expresidente y premio Nobel de la Paz, José Ramos-Horta, o el ex primer ministro, Mari Alkatiri.
Gusmao, elegido en 2002 como el primer presidente del país tras la independencia, alcanzó la jefatura del gobierno tras la crisis de 2006, que puso a Timor al borde de la guerra civil y llevó a la ONU a desplegar una misión de seguridad que culminó en 2012.
El anuncio de su dimisión coincidió con la presentación de un informe de la organización “Overseas Development Institute” que alertó del riesgo de un aumento de la inestabilidad en Timor con la retirada de Gusmao.
La organización argumentó que la mejora de la seguridad en Timor experimentada en los últimos años se ha basado tanto en el liderazgo del carismático exguerrillero como en el reparto entre varias facciones de los beneficios de la explotación de petróleo, cuyas reservas se agotan.
Timor Oriental alcanzó la independencia en mayo de 2002 después de estar tres años administrada por la ONU, 24 años ocupada por Indonesia (1975-1999) y varios siglos de dominio portugués.
