Reino Unido forma parte de los numerosos países a los que se les impuso aranceles adicionales de 25% para el acero y de 10% para el aluminio durante el gobierno de Donald Trump en junio de 2018, en plena guerra comercial. Trump argumentaba que era necesario proteger la seguridad nacional gravando estos productos.
Entonces, Londres tomó represalias sobre productos estadounidenses. “Las 2 partes están comprometidas a trabajar por un resultado rápido que garantice la viabilidad de las industrias de acero y aluminio en los dos mercados ante el desafío común y permanente de la sobrecapacidad mundial”, según un comunicado conjunto publicado tras una reunión virtual entre la secretaria estadounidense de Comercio, Gina Raimondo, y su homóloga británica Anne-Marie Trevelyan. Raimondo y Trevelyan destacaron el impacto sobre sus industrias de la capacidad excedentaria mundial debido en gran parte a China. A mediados de noviembre, Biden anunció pláticas para reducir aranceles al acero y aluminio procedente de Japón. AFP