Juan Ernesto Villamayor reconoció que es necesario aumentar la inversión que se destina a las políticas antiviolencia en el fútbol paraguayo porque hace falta “sanear el deporte” en el país.
En ese sentido, pidió la colaboración, tanto de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) como de los clubes de la Primera División, para erradicar la violencia de los estadios.
Villamayor solicitó al presidente de la APF, Robert Harrison, la instalación de más dispositivos de vigilancia en los estadios y que se delimite los equipos que pueden competir en determinados campos, ya que “hay hinchadas que producen problemas”.
Harrison manifestó este martes, tras la reunión del Consejo Ejecutivo de la Asociación, su voluntad de acabar con la violencia y de llevar a cabo un trabajo conjunto con Fiscalía, Policía Nacional y los clubes para combatir a los barras bravas.
El ministro del Interior también agradeció la labor de algunos clubes como el Olimpia, que están ampliando su sistema de vigilancia para mejorar el sistema de identificación de las personas implicadas en altercados.
“No pretendemos encontrar un culpable, sino una solución”, añadió Villamayor.
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Además de las iniciativas policiales, el ministro también anunció un programa de concienciación social, en colaboración con la Oficina de la Primera Dama, que tiene como objetivo dar “tratamiento a este fenómeno” que en ocasiones se escapa de la “capacidad policial”.
“Si una persona decide ir a un partido de fútbol y se pone en la cintura una pistola, debemos reconocer que algo no está bien y que no es solo un problema policial”, expresó Villamayor.
La Fiscalía paraguaya imputó este martes a 39 personas, de las cuales seis son menores de edad, por su supuesta participación en enfrentamientos violentos durante dos partidos de esta temporada.
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Del total de imputados, 22 fueron identificados por las agresiones que registró la Policía Nacional en el encuentro entre Olimpia y Sportivo Luqueño del pasado domingo en el estadio Defensores del Chaco.
Los otros 17 lo son por el enfrentamiento durante la disputa de un amistoso entre el Cerro Porteño y el Atlético Tucumán argentino, el pasado 16 de enero en el interior del estadio Pablo Rojas.
La Asociación Paraguaya de Fútbol y el Gobierno ya decidieron poner en marcha el año pasado una campaña especial para erradicar la violencia de los estadios, antes de que se disputara uno de los clásicos entre Olimpia y Cerro Porteño.