@maia_galeano
María Virginia Vicky Codas es una mujer perseverante y determinada. Su discapacidad nunca supuso un impedimento para concretar sus metas y objetivos. Y, en ese sentido, su familia tuvo mucho que ver, “ellos siempre tuvieron altas expectativas y nunca permitieron que esto sea una excusa para que se espere menos de mí”, según comenta la misma Vicky Codas. Esas ganas de superación la llevaron a culminar sus estudios, primero en el colegio Las Almenas, en una época en que la educación inclusiva era algo desconocido; y, luego en la Universidad Católica, de donde egresó de la carrera de Ciencias de la Educación.
“Pasaba el 40% de mi tiempo traduciendo los materiales al braile o llamaba a mis compañeras para que me leyeran las lecciones por teléfono”, comenta Vicky, quien también es máster en Educación Especial en Discapacidad Visual por la Eastern University de Michigan.
Tras su especialización que culminó en 2012, gracias a una beca, con máximos honores, Vicky regresó a Paraguay con la idea de despertar el interés de las editoriales y del Ministerio de Educación en hacer que los materiales educativos sean accesibles para las personas con dificultades en la visión. En aquel entonces, trabajaba para una fundación, pero luego la contactaron de la Universidad Nacional para ocupar el cargo de directora del Centro de Atención a Personas con Discapacidad. En esos cinco años, pudo facilitar los materiales electrónicos para los alumnos que se registraban en dicho centro.
“Estoy viviendo en Washington DC hace ocho años ya, y soy directora de Discapacidad y Tecnologías de Apoyo en la American University”, cuenta la profesional, quien vive sola con sus dos gatas en la capital estadounidense. Sobre su labor en dicha ciudad, comenta que desde su oficina en el Centro de Apoyo y Acceso Académico dan servicio a unos 1.200 alumnos “que tienen algún tipo de discapacidad sea sensorial, física, enfermedades crónicas, problemas del aprendizaje o discapacidades relacionadas con lo psicoemocional”.
TALENTO MUSICAL
Vicky es dueña de una voz angelical, a la cual suele acompañar con la guitarra cada vez que tiene la oportunidad. Sobre todo, en las reuniones familiares en Paraguay, donde acuden los sobrinos y primos. “Fui una de las fundadoras del coro del colegio, allá por el cuarto curso de antes, y si bien la música está siempre presente en mi vida, nunca la vi como algo más que un hobby”, señala.
Agrega que anteriormente también tocaba el teclado y que participó como solista de numerosos intercolegiales, y más adelante siguió dando presentaciones. “Había personas que me decían que tenía que dedicarme a la música, pero me interesaba más el tema de mi carrera, siempre estuve muy dedicada a la educación, pero sí tengo que decir que la música me abrió muchas puertas“, expresa. La música además fue una manera de salir de la zona de confort, según Vicky, y una forma de conectar con la gente.
ESFUERZO Y TENACIDAD
“Todo lo que vale la pena, cuesta y conlleva esfuerzo”, dice Vicky, quien no cree en los fracasos, sino en el aprendizaje de cada experiencia.
Además, sostiene que tanto su familia como sus compañeras de estudio ayudaron a su integración en la sociedad: “No hacemos cosas en forma aislada, siempre la comunidad que nos rodea es una importante influencia en nuestra actitud ante la vida”.
Ciertamente, la historia de Vicky rompe todos los estereotipos y enseña que no hay imposibles, sino obstáculos que se pueden superar siempre que uno se proponga.