Muchas veces, cuando hay algún error puntual por parte del árbitro o del asistente hay cierta celeridad en su apreciación, ya que en muchos casos las jugadas son rápidas y hasta a veces resultan engañosas ante los ojos de los jueces.
Sin embargo, lo acontecido ayer en La Nueva Olla, especialmente con el línea Diego Silva, al convalidar un gol fantasma de Sebastián Fernández, es simplemente indefendible, pasando a ser extremadamente vergonzoso al no percatarse que el balón claramente no entró en la portería defendida por Juan Pablo Carrizo.
¿Qué se puede alegar ante un grosero error, que hoy en día está dando la vuelta al mundo? ¿Mala posición, rapidez de la jugada, falta de concentración, apreciación con alevosía? Hay tantas interrogantes que uno se plantea para responder a la acción.
Otra jugada, aunque en menor grado, el árbitro Christian Aquino no sancionó un penal a favor del Rayadito en el primer tiempo y luego del 1-1 se le fue de las manos ante la rabia de los jugadores y de los hinchas del Ciclón.
Sin lugar a dudas, la bochornosa actuación del equipo arbitral oscurece este desenlace del campeonato y deja abierta a la histeria colectiva.
La figura
Wilson Quiñónez
Opacado por el protagonismo negativo del cuarteto arbitral, el golero del Rayadito sobresalió por sus buenas tapadas.
Denuncias
En Cerro Porteño, tanto Nelson Haedo como Roberto Nanni, afirmaron que el árbitro les mencionó que él no tiene la culpa de que continúen en el segundo lugar.
Asimismo, el delegado, Ariel Martínez pidió la renuncia del director de árbitros, Horario Elizondo, que hoy a las 10.30 dará una conferencia de prensa. El árbitro Cristhian Aquino denunció en la Comisaría 4ª que fueron agredidos.