El camino de Gabriela Galilea hasta donde esta hoy inició hace más de una década, impulsado por el deseo de crear tecnologías innovadoras.
Si bien la paraguaya es abogada de profesión, ella sintió en un momento de sus estudios que tenía otro llamado: “Terminando la carrera de Derecho, empezaron a llamarme la atención otras áreas, como negocios y marketing. Así, fue que en el 2013 empecé a escribir un blog sobre tecnología y negocios, y ahí conocí lo que eran las startups”.
Las startups constituyen iniciativas empresariales sin un modelo de negocios definido, pero que se caracterizan por tener un excelente potencial de crecimiento gracias a internet y el uso de software, según explica Gabriela.
Fue en ese momento que la paraguaya decidió su destino: la Universidad de Trento en Italia, cuyo programa Tech Peaks, buscaba emprendedores alrededor del mundo que no tuvieran una clara idea de negocios, pero que sí contaran con la iniciativa y capacidad para emprender.
“Dije, esto es para mí y apliqué al programa. No sabía si iba quedar, pero quedé”, dice la empresaria, especializada en mercados internacionales e inversiones por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Durante aquel programa de innovación y startups en Trento, surgió Okimo.
“Okimo fue mi primera startup e idea de negocios que surgió de un problema que tengo en los ojos, conocido como estrabismo”, relata Gabriela quien desde pequeña realiza ejercicios ortópticos, que en muchas ocasiones le obligaban a salir del país para realizarlos. Este es un mal que afecta a entre el 2 y el 10 por ciento de la población a nivel global –dependiendo de la región–, con la dificultad de la escasez de especialistas que puedan brindar la terapia necesaria. “Yo quería resolver ese problema y crear una terapia que pudiera llegar a cualquier parte del mundo”, dice la joven innovadora.
Okimo, finalmente, es un software que sirve para la detección temprana de problemas visuales en niños, ya que con la ayuda de la tecnología realiza exámenes preventivos, evaluando los movimientos oculares con el propósito de ayudar a un correcto diagnóstico y colaborar con el tratamiento.
Para el desarrollo de este software, Gabriela recorrió varios países de Europa con la finalidad de conseguir apoyo económico y lo logró. “Luego del desarrollo del software, probamos Okimo, con niños del barrio San Francisco en Paraguay y después, en alianza con la Fundación Paraguaya llevamos también el software a Cerrito”, cuenta la emprendedora. Además, comenta que Okimo llegó inclusive a la India, en una zona donde “querían probar y medir cómo los niños podían aprender a leer mejor”.
Ciertamente, este novedoso software ayudó a muchos niños en su diagnóstico y posterior tratamiento de problemas de salud ocular, “pero posteriormente vinieron los tiempos de pandemia, y Okimo junto con otros proyectos dejaron de percibir fondos y quedaron por el camino”, lamenta la también especializada en políticas públicas y liderazgo por la Columbia University, gracias a una beca otorgada por la Fundación Obama en 2018.
Klirk ai, Una fuerza de ventas
Sin embargo, estas circunstancias también trajeron oportunidades de negocios, sobre todo online. La realidad es que la inteligencia artificial llegó para quedarse, y Gabriela no solo es consciente de ello, sino que creó una fuerza de ventas y de inteligencia comercial que se vale de la inteligencia artificial, valga la redundancia, para gestionar las ventas de manera más rápida y eficiente. Este es su actual emprendimiento y lo lleva adelante desde Portugal, siendo utilizado por varias empresas paraguayas y latinoamericanas, además de españolas y portuguesas, muchas de las cuales trabajan con el e-commerce y dan testimonio positivo de la herramienta, según comenta Gabriela.
“Creo que de aquí a dos o tres años no va haber empresa que no utilice la inteligencia artificial porque simplemente va ser muy difícil seguir operando sin usar esta tecnología”, vaticina la creadora de Klirk AI.
Por otro lado, defiende el valor humano como motor de ventas, pero sumado a la inteligencia artificial: “Nuestro dream team es IA más humanos. Lo que hace la inteligencia artificial es potenciar la productividad del ser humano al multiplicarla por diez o veinte, y eso es algo imbatible”, asegura.
Asimismo, afirma que el principal desafío de este rubro es la evolución permanente: “En tres meses cambia todo, todas las reglas, el mercado y es complicado adaptarse con tanta velocidad, pero una de las mayores satisfacciones es ver las cosas que se pueden elaborar con esta tecnología y, sobre todo, los saltos en la productividad”.
Vida personal y motivación
“Mi principal motivación para hacer lo que hago, desde el 2014 que decidí cambiar de carrera es crear cosas nuevas, creo que este mundo hace que uno nunca se aburra”, sostiene Gabriela quien está felizmente casada hace un par de años.
NOSTALGIA DE SUS RAICES GUARANI
Sobre la familia en Paraguay manifiesta sentir nostalgia por la lejanía, pero que se mantiene en contacto permanente gracias a la tecnología de hoy día.
“Vivir en Europa es genial, tiene un alto nivel de calidad de vida, pero estar lejos de la familia siempre es difícil. Gracias a Dios tenemos toda esta tecnología como para sentirnos más cerca, así que hablo con ellos casi todos los días; y como te decía tengo también clientes en Paraguay así que voy por lo menos dos veces al año”, señala.