Su historia comienza en realidad con su padre, Alfredo Kim, que llegó a Paraguay en 1988, y su abuelo, Antonio Kim, un fabricante de calzados que ya estaba instalado en el país con los demás miembros de la familia.
Antonio le propuso a su hijo Alfredo quedarse a trabajar en la planta de producción como encargado del control de la costura de los zapatos. Un año después, el joven que provenía de un país industrializado y muy avanzado en todas las áreas, entendió que había mucho por hacer en Paraguay y decidió quedarse y formar una familia.
Su perfil emprendedor lo llevó a revolucionar el rubro de los centros comerciales en Ciudad del Este. Su primer negocio propio, Bonita Kim, fue también el primer shopping con fachada totalmente vidriada de la capital altoparanaense. Fue todo un boom en su época e inspiró a otros empresarios del sector comercial a innovar y a cambiarle el rostro a la urbe fronteriza con el Brasil.
Tras un difícil periodo de posicionamiento del negocio familiar, a los Kim les invadía una sensación de insatisfacción: “Nos preguntábamos por qué en Foz y Puerto Iguazú habían shopping lindos, limpios y seguros y en Ciudad del Este no. Sentimos pena y hasta envidia porque por aquí pasan 10 millones de turistas al año”, cuenta la empresaria.
Ante esto, la familia de Nare Kim decidió que ya era hora de que la capital del Alto Paraná también contara con un gran centro comercial, por lo que en el 2009 se iniciaron las obras del Shopping París, que hoy es uno de los más imponentes de la región y que ella dirige con mucha visión de futuro.