Salir a las calles y observar a las pocas personas deambulando con mascarillas o tapabocas resulta un tanto surrealista, como una película de ciencia ficción de la que todos somos partícipes. Mucho se ha discutido sobre su uso correcto, lo concreto es que ya forma parte esencial del outfit, y ya ha ocurrido a lo largo de la historia, desde la mortífera, pasando por la gripe de 1918 hasta el actual Covid-19, que sin dudas quedará plasmado en los libros de historia.
La gripe de 1918
La pandemia por la gripe española fue una de las crisis sanitarias más grandes, produciendo la muerte de 50 millones de personas en todo el mundo. En ese entonces, se determinó que la transmisión era por la saliva. La población usó mascarillas para no contraer la enfermedad. Existen registros de personas caminando en las calles con diferentes tipos de tapabocas. No existe “memoria viva” de un virus tan devastador por “lo rápido y ampliamente que se propaga” el SARS-CoV-2, que ni siquiera es comparable a “la llamada gripe española” de 1918, dijo ayer el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, quien retrocede hasta el siglo XIV para evaluar la gravedad de la actual pandemia.
La peste negra
En la Edad Media una pandemia diezmó a la población mundial. Se cree que la peste negra mató al menos al 30% de la población europea. En la época se asumía que el causante de la enfermedad estaba en el aire, entonces los médicos buscaron maneras de protegerse para seguir tratando a sus pacientes. Niños, jóvenes y adultos utilizaron máscaras con forma de pico de pájaro para evitar el acercamiento en las zonas de cuarentena. Lo curioso es que no sirvió de nada, pues el verdadero vector de transmisión de la peste es un tipo particular de pulga que viaja en la piel de las ratas negras.
Un histórico Covid-19
Un salto histórico hasta nuestra época, para encontrarnos con un nuevo virus que está poniendo al mundo de rodillas. Si bien a estas alturas estamos en cuarentena estricta, todavía algunas personas deben salir a trabajar o a abastecerse y podemos observar curiosos cubrebocas, formando parte de la cotidianeidad. Ayer el número de casos confirmados de Covid-19 en el planeta ascienden a 1,05 millones, mientras que los fallecidos son 56.985 en 207 países y territorios, según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hasta en las pasarelas
En las últimas semanas de la moda, que fueron presenciales, en Milano y París, destacadas marcas obsequiaron máscaras a sus invitados con símbolos de la marca grabados en ella, para luego fabricarlas a gran a escala, sus diseños están causando sensación entre las celebrities. La moda italiana también ha realizado donaciones para su país y la Fundación Valentino Garavani e Giancarlo Giammetti invirtió otro millón de euros en el hospital Gemelli de Roma.
Moda comprometida
El mundo de la moda se comprometió a la lucha contra el virus. Algunas grandes firmas de moda se dedicaron a fabricar tapabocas para abastecer al personal de blanco, marcas de lujo como Prada, Balenciaga, Gucci, Zara y Saint Lauren. Las firmas de moda Valentino, Balmain y Pal Zileri anunciaron la donación de un millón de euros al hospital temporal montado en la Feria de Madrid Ifema para contribuir a su desarrollo y a la asistencia de los enfermos por coronavirus. El fondo catarí Mayhoola, propietario de las marcas, anunció esta donación en un comunicado y su objetivo es ayudar en la extensión de este hospital de campaña montado para hacer frente a la pandemia.
La reina Isabel II
En los inicios de la pandemia, la reina Isabel II ganó notoriedad por su elegancia. La monarca de 93 años llevaba siempre un impecable conjunto, combinado con sombreros, aros, carteras, zapatos, prendedores y hasta mascarilla, todos en juego, con el mismo tono. Actualmente, se encuentra resguardada en el castillo de Windsor, desde donde hoy se espera un mensaje televisado a la nación para abordar la crisis del coronavirus. En contadas ocasiones la soberana ha emitido discursos televisados como este, más allá de su tradicional intervención navideña de cada 25 de diciembre. La última vez que la jefa de Estado dio este paso durante un momento de gravedad fue en 2002, tras la muerte de la reina madre.