Setenta años después de la fundación de la China comunista, las predicciones optimistas de coexistencia con EEUU se disiparon y fueron remplazadas por un escenario de creciente rivalidad en todo el mundo.
La Asamblea General de las Naciones Unidas mostró las asperezas que marcan las relaciones entre las 2 economías más grandes del mundo.
El presidente de EEUU, Donald Trump, declaró desde la tribuna de la ONU que la era de la tolerancia a los abusos de China había terminado. En representación de China en la cumbre anual de líderes, el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, prometió que su país, con una civilización de 5.000 años, nunca será intimidado por las amenazas.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su preocupación por el clima reinante cuando en su discurso abogó por la cooperación internacional. “Temo por la posibilidad de una gran fractura, con las economías más grandes creando dos mundos separados y competitivos”, dijo Guterres.
Cada uno tendría sus reglas monetarias, comerciales y financieras, sus propias capacidades de inteligencia artificial e internet, y sus propias estrategias geopolíticas y militares de suma cero, agregó.
Siete décadas pasaron desde que Mao Zedong fundó la República Popular, que ahora está dirigida por uno de los presidentes más poderosos desde entonces, Xi Jinping.
El peso de China en el extranjero es cada vez mayor, y el gigante mantiene conflictos con otros países asiáticos por la soberanía de islas y otros territorios al tiempo que multiplica sus infraestructuras.
En una cena en Nueva York al margen de la cumbre de la ONU, Wang lanzó una advertencia a EEUU. “La idea de moldear a otros de acuerdo con el deseo de uno es incorrecta y nunca funcionará”, dijo. “Pasaron 70 años y EEUU no debería embarcarse en una pelea con el país equivocado”.
GRAN AEROPUERTO. China inauguró el nuevo aeropuerto de Pekín, una infraestructura ultramoderna, coincidiendo con las celebraciones por todo lo alto del 70 aniversario de la creación del régimen comunista. El presidente Xi Jinping en persona inauguró el aeropuerto, en forma de estrella de mar. El primer avión comercial, un Airbus A380 de la compañía China Southern Airlines con destino a Guangzhou, despegó pocas horas después. La inauguración de esta infraestructura con aires futuristas se enmarca en el proyecto del “sueño chino” de Xi Jinping y llega pocos días antes de la fiesta nacional del 1 de octubre, que estará marcado por un gran desfile civil y militar en el centro de Pekín.
PROTESTAS EN HONG KONG. Miles de manifestantes prodemocracia prosiguieron ayer su movilización en Hong Kong, en vísperas de la celebración de la fundación del régimen comunista, una nueva jornada de protestas marcada por confrontaciones entre los manifestantes y la policía. Pekín prepara una serie de actos para conmemorar la creación de la República Popular China, en 1949, entre ellos un enorme desfile militar el martes, que refleja la emergencia del país, segunda economía mundial, como superpotencia global. En este contexto, Hong Kong, la ex colonia británica, está sumida desde junio en su peor crisis desde 1997, cuando fue devuelta a China.