Alega que su destitución es más bien “un castigo” por los constantes reclamos, y por haber sacado a luz en el programa Al diablo la siesta, de Mabel Rehnfeldt, por radio Primero de Marzo, los entretelones de la pelea entre los altos directivos Morínigo y Bogarín.
Según Fleitas, la gota que colmó el vaso fue el reclamo que le hizo a Mateo con relación a la sobrefacturación del seminario, que le costó a la Itaipú unos 57 mil dólares, mientras que los organizadores sólo calculan un costo razonable de 20 mil dólares.
“Se gastaron 95 millones de guaraníes por unas remeras simples y 24 millones de guaraníes sólo en bolígrafos. ¡Es una cosa de locos! El día en que Carlos Mateo me destituyó telefónicamente, yo le reclamé entre otras cosas esa sobrefacturación”, alega Fleitas.
La denuncia también consta de manera oficial en su declaración ante la Dirección Jurídica Ejecutiva de la Itaipú, en el marco del sumario administrativo que se inició contra Adalberto Morínigo, por la agresión a Gustavo Bogarín.
En la cúpula de la entidad, se considera que aunque Fleitas haya denunciado el caso, no puede rehuir a su responsabilidad directa en la presunta sobrefacturación, ya que el seminario fue organizado bajo su dirección y su firma está estampada en muchos de los documentos con los que se pagaron los insumos proveídos, aunque los recursos fueron administrados por la asesora de comunicación, Edith Macchi, también destituida.
El caso que saltó al tapete también ocasionó la destitución de la asesora de Comunicación Social de Itaipú, Edith Macchi de Ortiz, quien fue cesada conjuntamente con Fleitas, ya que su dependencia administró el controvertido seminario.
El ex superintendente Luis Fleitas, quien se considera estar actualmente “en el freezer” (congelador), cuenta que el viernes 4 de diciembre, durante un evento, estaba a punto de presentar una disertación, cuando recibió la llamada del director de Itaipú.