16 sept. 2025

Un paraguayo que defendió a la patria en la paz y en la guerra

El militar Eugenio Alejandrino Garay (1874– 1947), reconocido general con un destacado papel en la Guerra del Chaco (1932–1935), también fue diplomático en Europa y Suda– mérica, además de ser periodista y obrero.

Por Sergio Noe<br/><br/>snoe@uhora.com.py<br/><br/>Eugenio Alejandrino nació en Asunción en 1874 y quedó huérfano a corta edad. En 1880 va a Pirayú, donde crece al cuidado de su tío Ladislao Argaña. En 1886, se traslada a Asunción, para luego matricularse en el Colegio Nacional en 1888.<br/><br/>La biógrafa Beatriz Rodríguez Alcalá, en su libro El íntimo universo de Eugenio A. Garay, relata que en su juventud –en 1897– Eugenio y nueve compañeros viajan a Chile como becados militares. Van con él Adolfo Chirife, Atilio Peña, Albino Jara, Manuel Rojas, Pedro Mendoza, Carlos Goiburú y otros, que luego formaron parte del plantel del ejército.<br/><br/>En 1900, a pedido del Gobierno, regresó a Asunción para ocupar cargos militares. Fue así como libró su primera gran batalla en suelo guaraní. <br/><br/>REVOLUCIÓN. El Partido Colorado, tras casi 30 años de gobierno luego de la Guerra contra la Triple Alianza (1864– 1870), cae a inicios del siglo XX. En 1904 estalla la primera gran revolución liberal, dando lugar a la alternancia política.<br/><br/>Los revolucionarios desataron dicha guerra civil, entre agosto a diciembre de 1904, donde se derrocó al presidente Juan Antonio Escurra. Gracias al triunfo revolucionario dado en diciembre de ese año, se nombró provisoriamente presidente a Juan Bautista Gaona.<br/><br/>Rodríguez Alcalá reseña que en los duros meses de la revolución de 1904, Garay tuvo un importante rol como militar del Gobierno. Al comando del barco carguero Villarrica, debió enfrentar al buque mercante Sajonia, a cargo del teniente de Navío Juan Manuel Duarte, alistado a la revolución.<br/><br/>Tras una dura lucha, Garay perdió ante su contrincante, además de caer desangrado y quedar cerca de la muerte. Con la victoria de los rebeldes, estos tomaron el carguero Villarrica.<br/><br/>Luego de su recuperación, Garay fue premiado por su heroica actuación, siendo ascendi– do a mayor en octubre de 1904. Cuando la revolución tomó el poder, en diciembre de ese año, se disolvió el ejército. Así, Garay retornó a la vida civil.<br/><br/>PERIODO CIVIL. El triunfo revolucionario lleva al Partido Liberal al poder. A pesar de eso, figuras del coloradismo toman parte de la Administración Pública y de la diplomacia.<br/><br/>Según Beatriz Rodríguez Alcalá, Garay fue nombrado jefe de la Dirección General de Vías de Comunicaciones, cargo que desempeñó por algunos años. En ese periodo, también dedicó tiempo al periodismo.<br/><br/>Es así que Garay fue director de Los Sucesos, periódico asunceno del que fue fundador. Asimismo, redactó en Patria, La Opinión, El Liberal y otros diarios, según reseña Roque Gaona.<br/><br/>En 1907 conoció a su esposa Teodolfa Vera, con la que comparte numerosas epístolas, siendo una fiel compañera a lo largo de sus vicisitudes y penurias. En 1908, contrajo matrimonio con ella, dando a luz a varios hijos, siendo ellos el militar Juan Federico y el jurista César.<br/><br/>Aunque Emiliano González Navero tomó la presidencia en 1908, fue el coronel Albino Jara quien estuvo detrás del poder. Este militar, antiguo camarada de Garay, logra sacarlo del escenario nacional.<br/><br/>Así, lo envió como diplomático ante Alemania, Francia e Inglaterra, con el “pretexto de que estudie la organización y el funcionamiento de sus servicios de policía y seguridad social”, según confirma Rodríguez Alcalá.<br/><br/>Luego de tres años de permanencia en Europa, Garay volvió al país en 1911, donde lo nombraron miembro del Consejo Consultivo del Ministerio de Guerra y Marina. Luego, retomó su posición militar, desde la que combatió a los nuevos insurrectos en la era liberal.<br/><br/>Tras ocupar brevemente cargos diplomáticos ante Bolivia, se alejó del Gobierno. Debido a problemas financieros, trabajó como peón de estancia entre 1917 y 1926. En 1927, durante la presidencia de Eligio Ayala, el ministro de Guerra y Marina, Luis Riart, le otorgó una misión especial en la etapa previa de la Guerra del Chaco. <br/><br/>