Por Arnaldo Alegre
Que no te ganen los ladrones, los arribistas ni los tramposos. Que no te inmovilice el desaliento o el fastidio. Que no te ahoguen la zalamería hipócrita ni la prepotencia. Que no te corten de nuevo la libertad los que siempre vivieron bien con los opresores.
Andá votá. Ejercé el sagrado derecho de tener una opinión y poder expresarla sin mayores contratiempos. No permitas a los enemigos de la democracia que se adueñen de ella. No permitas que sigan prostituyéndola; no permitas que sigan vaciándola de contenido, que sigan manoseándola. Ellos necesitan de tu desaliento para trabajar con más impunidad. Ellos necesitan que les des la espalda para seguir robándote.
La democracia necesita de más democracia para mejorar. Corre como peste de los iluminados de copetín que prometen inverosímiles salvaciones espontáneas. Desnudá con tu voto a los oportunistas, a los mediocres. Repudiá a los que toman el erario público como botín y prometen el oro y el moro cuando están lejos de él. Poné en evidencia a los que asaltaron el Estado para demostrar con sus acciones que no son mejores que los otros.
Hacé escuchar tu voz, aunque estés solo. Si persistís en tus ideas, pronto, otros se te unirán. Pero si callás siempre, nadie te podrá dar la razón, aunque la tengas.
No vendas tu cédula. No alquiles tu conciencia. De hacerlo, ellos sabrán que tenés un precio y nunca más te dejarán en paz. Pasarás a ser su tembiguái y con suerte te darán la miserable propina como dos o cuatro años. Vas a ser un vulgar vendido. Y antes acabará el dinero que la necedad de tu acción.
Andá votá. Hacelo con felicidad. Llevá a tu hijo. Demostrale que la democracia no es solamente caravanas molestas, polcas ruidosas o una vulgar alharaca de colores. Que vea el fervor cívico.
Explicale que muchos años votaron por vos. Explicale que tu opinión nunca importó durante 35 años.
Hoy tenés una opinión, un voto. Tenés algo absolutamente personal y complementariamente social. Tenés algo que te distingue y que, de la misma forma, te iguala a los demás.
¿Te pueden manipular? Sí. ¿Te pueden robar? Quizás. ¿Eres un idiota? No. Entonces, no te dejes robar ni manipular. Defendé tu palabra. Denunciá a los que quieren alterar tu pensamiento o comprar. No seas ingenuo, pero no actúes como si fuera que la política no te afecta. Ejercé tu derecho. Votá a conciencia. Disfrutá de este domingo especial.