En comparación a hace una semana, donde la sensación térmica ya superaba los 40 grados, el clima se muestra benevolente. Esto es bueno, sobre todo para los parientes de los internados en el Hospital Nacional de Itauguá.
Las sombras que dan los árboles donde se ubican las carpas ayudan a aguantar la temperatura que sin ser alta se siente más dentro de las carpas instaladas. En grupo o de a dos, las personas que aguardan noticias de sus pacientes conversan o toman tereré. Algunos están hace unas pocas horas. Otros desde hace días. Desde Villa Elisa, Capiatá, Canindeyú y demás lugares llegaron para instalarse en el Nacional de Itauguá. Liza Bracho llegó desde el kilómetro 26, ruta PY01. Reclama que los doctores den respuestas más seguidas cada día. “Una vez al día te dan informes. Solo te piden recetas. Pero nosotros queremos saber más de nuestros pacientes”. Desde hace nueve días está ahí. Su hermana ingresó por un cuadro convulsivo y al día siguiente le diagnosticaron neumonía y Covid, según contó. Como otras personas, es la primera vez que monta guardia esperando saber el estado de salud de su familiar. Reclamó también que las carpas no están acondicionadas para poder soportar el calor. No todos están ahí a causa del Covid. También hay quienes fueron detrás del hospitalizado por otros problemas de salud. Verónica Ayala está desde hace más de ocho días, llegó desde Caaguazú, aguardando que la salud de su hijo mejore. Este se había operado a raíz de una enfermedad. Contó que tuvieron que costear todos los medicamentos. “No conseguimos ayuda en ningún lado”, contó. Agregó que la primera vez que se internó su hijo, hace dos meses, consiguieron algo de ayuda. Aguarda que pueda recibir el apoyo de algunas personas. Ruth Ruiz Díaz tuvo que recorrer casi 9.200 kilómetros para venir hasta su madre, que se encuentra internada por Covid. Hace una semana tuvo que volver de Madrid (España) hasta Itauguá para hacer vigilia. “Es difícil estar acá, muy difícil. Más aún por estar pendientes, ya que todo es por llamada. A veces hay buenas noticias, alentadoras, a veces no”, dijo. Uno de esos momentos más difíciles se da cuando quienes están ahí reciben la noticia del deceso de su paciente, reveló Ruth. “Es desesperante cómo escuchás que lloran, gritan. El jueves entre la noche y la madrugada hubo tres que fallecieron. Un reclamo que hace es contar con más seguridad en el lugar, considerando que se registraron algunos robos. Esta versión fue confirmada por otras personas que se encuentran en las carpas de más tamaño. Según dijeron, fueron personas que no forman parte de quienes están acampando. “La vez pasada de madrugada cortaron la carpa y le robaron a una señora su teléfono y plata que tenía con ella. Por suerte luego de eso vinieron más policías”, contó Lourdes Aquino, que llegó desde Villarrica y espera por su paciente que padece pancreatitis. Muchos pacientes están por Covid, pero también hay otros polivalentes. Logística
Básicamente cada familia o individuo se agencia como puede en cuanto a la alimentación, el agua y lo necesario para mantenerse durante el tiempo que estarán allí. Entre varios también se organizan para cocinar un almuerzo colectivo. De hecho, uno de los que tiene a su familiar ingresado organizó una tallarinada para costear los gastos que demanda la hospitalización. Esta actividad permitió contar con el almuerzo del domingo, que llegó cerca del mediodía, degustándose con ansias. La cantidad de personas dentro de una carpa varía, de acuerdo a su dimensión. En algunas pueden entrar hasta dos familias. En las de color naranja entran más personas distribuidas en dos hileras, con espacio para acomodar los enseres personales. Al costado de algunas carpas se ven los braseros que se utilizan para preparar el almuerzo, la cena o el cocido. Dentro de ellas, algunos llevaron el ventilador de pie para soportar el infernal verano paraguayo. Sobre todo en las noches, cuando el cuerpo pide descanso y la circunstancia lo permite.
virus persistente
Paisaje. Campamentos de familiares aparecen otra vez, aguardando novedades de sus enfermos.
Logística. Se organizan para hacer el almuerzo. El calor está presente y también casos de robos.
Es difícil, muy difícil estar acá. Sobre todo cuando llegan los informes médicos de noche y madrugada. El jueves fallecieron tres personas y escuchamos los gritos y llantos de sus familiares.
Ruth Ruiz Díaz
Capiatá
En nuestra carpa la vez pasada se robaron cosas. Fue gente de afuera. Cortaron la carpa y a una señora de edad le llevaron su teléfono y otras cosas. Desde el sábado hay policías que ya hacen su recorrido.
Lourdes Aquino
Villarrica
Acá la convivencia es espectacular. Yo no me quejo. Cocinamos juntos, dormimos juntos. Estoy hace 17 días porque mi señora está internada por Covid. Ojalá vengan religiosos para fortalecer el espíritu.
Valentín Ripol
Distrito de Yvy Pytã (Canindeyú)