“El libro y la lectura son componentes fundamentales de la educación, y la educación es un pilar para el desarrollo. Y ya sabemos cómo estamos en educación, casi nos caemos de la tabla”, reflexiona Cayetano Quattrocchi, de la editorial Arandurã, con quien conversamos en este Día del Libro Paraguayo.
Cada 25 de junio se recuerda que, en el año 1612, Ruy Díaz de Guzmán finalizó lo que sería el primer libro realizado por un paraguayo: Anales del descubrimiento, población y conquista del Río de la Plata. Díaz de Guzmán había nacido en Asunción entre los años 1558 y 1560, y su obra es una crónica histórica, un testimonio sobre los primeros ochenta años de la conquista española en América.
Cuatro siglos después, editar libros paraguayos no es tarea fácil. Como explica Vidalia Sánchez, de la editorial Servilibro, el sector también se vio afectado por la pandemia. “Como sabemos, el libro no es un producto de primera necesidad en el país, entonces no recibimos ayuda. Los tiempos están difíciles, el presupuesto bajó para las publicaciones y entonces se está publicando menos, pero lo importante es que nunca se dejó de publicar, incluso durante la pandemia fueron saliendo, tímidamente, pocos libros, pero se siguió publicando”.
Respecto al tiempo de pandemia, Quattrocchi recuerda que el gremio permaneció unido, organizando ferias virtuales y con una plataforma de venta virtual que aún sigue funcionando. Con ferias virtuales y pequeñas ferias se trató de absorber el golpe; “pero algunos colegas fueron mucho más afectados porque cuando se desató la pandemia los colegas que trabajan con colegios, con libros escolares, quedaron colgados, sin poder entregar libros, sin poder cobrar, fue un daño muy grande”.
La editorial Arandurã cumple 30 años, y tiene más de 1.400 títulos publicados. “Estamos muy orgullosos de nuestros escritores”, dice Cayetano y menciona a los tres Premios Nacionales vinculados a su editorial: Jacobo Rauskin, Susy Delgado y Maybell Lebrón. “Nos enorgullece haber ayudado a potenciar a nuestros escritores, sobre todo lo que es la escritura contemporánea. Arandurã es de alguna manera sinónimo de literatura contemporánea. También nos ocupamos de algunos temas que de alguna manera habían sido abandonados como la historia social y la historia política de nuestro país, y algunas otras ramas como el teatro”.
Servilibro nació en 2007 y Vidalia recuerda su primer título publicado: El mesías que no fue y otros cuentos, de Osvaldo González Real, un libro de cuentos de ciencia ficción. Desde entonces ya lleva 1.283 títulos y un fecundo trabajo con 420 escritores.
Uno de los grandes de la literatura paraguaya precisamente es un punto que tienen en común ambos editores. En 1982 Vidalia Sánchez comenzó a trabajar con Juan Bautista Rivarola Matto, en la editorial Napa, Narrativa Paraguaya, que comenzó el proyecto de publicar un libro por mes, “era la sensación sacar un libro al mes, y ahora todos los días se lanzan libros paraguayos”, dice. La colección se llamaba el Libro Paraguayo del Mes y llegó a publicar 27 tomos. “Juan Bautista Rivarola es uno de nuestros grandes escritores paraguayos. Él estuvo en el exilio, pero los últimos años vino a Paraguay, fundó esta editorial, trabajó en el mundo cultural y fue uno de los pioneros, después ya vinieron otras editoriales”. En el caso de Arandurã, la primera publicación fue precisamente un libro de Juan Bautista Rivarola Matto, Bandera sobre las tumbas, “era un libro inmenso, más de mil páginas en el que se reunían las cuatro novelas emblemáticas de Juan Bautista”, recuerda Cayetano.
El editor comenta la experiencia reciente de haber sido invitados a la Feria del Libro de Buenos Aires, donde tuvieron un stand propio, un hecho inédito para las editoriales locales en nuestro país. “Fueron veintipico de días muy intensos, eran horas de estar con la gente, y nos sorprendió mucho el interés que despierta nuestra literatura, porque es muy desconocida nuestra literatura contemporánea, y la gente está ávida de conocer más sobre Paraguay, sobre su historia, sobre nuestra lengua”.
Vidalia reconoce el prometedor futuro de los jóvenes, y comenta que Servilibro tiene más de 100 títulos publicados por jóvenes, jóvenes que por primera vez publican un libro, “ese es el semillero para los grandes escritores del mañana”, y afirma que “los jóvenes paraguayos están leyendo y escribiendo, es una gran esperanza”. También recuerda Vidalia que en la pasada Feria del Libro de Asunción constataron la presencia de más de 50 booktubers, jóvenes que comentaban los libros que encontraban en la feria y lo publicaban en sus redes sociales para sus miles de seguidores. “No estoy de acuerdo con que se diga que a los jóvenes no les interesa la lectura, hay muchos jóvenes que leen”.
Cayetano propone aprovechar el Día del Libro Paraguayo para reflexionar sobre la situación en que nos encontramos como país con respecto al libro y la lectura, “necesitamos políticas claras, políticas de Estado que promocionen la lectura como parte fundamental de la educación, y promocione también al libro y a toda su cadena de valor, para que se convierta en un pilar del desarrollo”.
Para Vidalia, uno de los caminos para salir del pozo es a través de la lectura, “te abre la mente, te da libertad, y después ya no vas a querer votar, vas a querer elegir”.