Forma, composición y armonía están presentes en sus obras, sean estas esculturas o canciones. En algunos casos, no existe frontera definida y se puede hallar en una sola pieza, artesanía y música. Es un arquitecto que compone temas, un músico que crea instalaciones. Producto de su creatividad y talento, sus creaciones movilizan, emocionan y provocan orgullo. Es un artesano de la creación, un artista llamado Fernando Ambere Feliciángeli.
“Lo que a mí me gusta es crear, ya sea música, espacio o mecanismo”, manifiesta el arquitecto de profesión, de 48 años, egresado de la Universidad Nacional de Asunción en el año 2000. Entre otras cosas, también se desempeña como músico en Deliverans, banda nacional de la que es miembro fundador, formada hace más de 30 años, en 1988.
El mes pasado presentó su última creación, el arpa de agua, lograda junto a la Orquesta H2O Sonidos del Agua. El instrumento, único en el mundo, hecho con elementos como hierro y vidrio, reduce de 32 a 8 las cuerdas, y reemplaza el habitual nailon por el líquido que fluye continuamente, hasta ser interrumpido por el toque de los dedos, lo que activa los sensores que emiten entonces las notas musicales.
Al referirse a la experiencia vivida en las últimas semanas en torno al instrumento, que es la principal atracción de la Orquesta H20 en su presencia en la Expo Dubái, realizada en el marco de la gira internacional Escuchemos al agua, Feliciángeli señala que le resulta “por sobre todo muy motivadora, como reafirmando el poder que tienen las ideas y que a través del trabajo en equipo se logran llevarlas a otra dimensión”. La creación del arpa contó con la colaboración de varias personas, que se encargaron tanto de los aspectos técnicos, estéticos, así como funcionales.
OBRAS. El tubotecla, un singular piano metálico que está compuesto por tubos de acero en lugar de cuerdas, presentado en el 2019, es otra de las creaciones del artesano, al igual que tres instalaciones ubicadas en San Bernardino, que integran un circuito que relata momentos relacionados con la emblemática guarania Recuerdos de Ypacaraí, elaborada por Zulema de Mirkin y Demetrio Ortiz.
Una es La fuente de la inspiración, ubicada exactamente donde nace la historia de la canción. “Representada con dos ojos que se miran, es una instalación cinética, ya que parpadean; nos recuerda el valor de la mirada y cómo muchas historias nacen de ese simple intercambio”, explica. Otra es La morena, situada en la rotonda de la playa. “Recuerda el paseo donde cantaban viejas melodías en guaraní. Consiste en una guitarra metálica que se puede ejecutar por medio de unas palancas y entonar el tema”, menciona el artista.
La tercera está ubicada en el extremo del circuito, El Paseo del recuerdo. “Instalación sonora que permite al visitante ejecutar el coro de Recuerdos de Ypacaraí al ir caminando y pulsando las palancas”, detalla Feliciángeli, quien al referirse a su profesión, la arquitectura, cita a un profesor suyo que decía que esta es “música congelada”, “recordando que entre las disciplinas no existe una frontera muy definida y que los conceptos son los mismos con manifestaciones distintas”, menciona.
CREAR. En cuanto al proceso de creación, el artista se refiere a ello como algo estrictamente racional, que requiere constantemente de toma de decisiones, y en el que la inspiración y la intuición se presentan como reacciones directamente proporcionales a la energía invertida en el proyecto. “El trabajo continuo, resolviendo pequeños problemas de a uno, sería el trayecto que transitan las ideas hasta su concreción”, define.
Si bien, destaca que al crear “lo apasionante tal vez sea el hecho de que al incorporar una o más dimensiones al diseño, como ser el sonido o el movimiento, la ecuación se vuelve completamente distinta, abriéndose a una amplitud de nuevas posibilidades”.
Como alguien que posee la creación como un hábito constante, el artesano comparte que “el momento en donde pasa a existir algo que recién no existía, es cuando encuentro satisfacción”. En ese sentido, al referirse al propósito de crear, alude a la relación entre el artista y el público, al afirmar que ese sentimiento de deber cumplido “se multiplica exponencialmente si es que lo creado representa algo para las otras personas”.
El artista paraguayo moviliza, emociona y provoca orgullo con sus singulares creaciones. A veces, esculturas, otras música, o bien la combinación de ambas disciplinas.
Perfil
Fernando Javier Feliciángeli Matteucci, conocido también como Ambere, es formado en Arquitectura, egresado de la Universidad Nacional de Asunción, en el año 2000. Además de ser miembro fundador de la banda nacional Deliverans, formada en 1988, es también un escultor.
Entre sus creaciones, se encuentra el tubotecla, un piano metálico compuesto por tubos de acero, creado en el 2019. Al igual que las instalaciones La fuente de la inspiración, La morena y El paseo del recuerdo, que componen un circuito relacionado con la guarania Recuerdos de Ypacaraí, ubicadas en San Bernardino.
Su última obra, el arpa de agua, reemplaza las cuerdas del instrumento por corrientes del líquido.