Los ministros de Energía de la UE, reunidos en un Consejo extraordinario, cerraron un acuerdo político sobre una propuesta presentada el pasado 20 de julio por la Comisión Europea y adaptada tras intensas negociaciones a las peticiones de los Estados miembros, después de una fría acogida inicial de la mayoría de delegaciones.
“La decisión de hoy (por ayer) ha demostrado claramente que los Estados miembros se mantendrán firmes contra cualquier intento ruso de dividir la UE utilizando los suministros de energía como arma”, dijo el ministro checo de Industria y Comercio, Jozef Síkela, cuyo país preside este semestre el Consejo de la UE, al término de la reunión.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica de España, Teresa Ribera, consideró “importante” el acuerdo logrado “por el mensaje que se traslada hacia afuera: no aceptamos el chantaje de (el presidente ruso, Vladimir) Putin”, según señaló en una rueda de prensa tras el Consejo. Ribera indicó que para que el acuerdo sea eficaz “requiere poder incorporar de manera flexible la manera en la que cada uno de nosotros puede contribuir a respaldar a nuestros vecinos”.
Robert Habeck, ministro de Energía de Alemania, el país que más expuesto está a un corte de suministro ruso, valoró en el debate público celebrado en el Consejo que “en cinco días se haya conseguido” un acuerdo que “envía una fuerte señal” y hace que la UE esté preparada “para ayudar de manera solidaria”.
El titular alemán denunció la “estrategia clara del Kremlin” para “romper la solidaridad en la UE y con Ucrania” e incluso criticó al gigante gasístico ruso Gazprom, que “no parece dominar sus propias decisiones”.
“La farsa sobre la turbina canadiense lo dice todo”, señaló sobre un elemento del gasoducto Nord Stream 1 que había quedado bloqueado en Canadá.
Los Estados miembros acordaron en particular reducir la demanda de gas en un 15% entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023 –en comparación con su consumo medio de los últimos cinco años– de manera voluntaria primero y, en caso de que se declare el estado de alerta en la UE, como por ejemplo si hay un corte total del suministro ruso, de forma obligatoria.
Frente a la propuesta inicial de Bruselas, que planteaba un recorte del 15% por igual para todos, se admitieron posibles derogaciones en determinados casos.
El titular alemán denunció la “estrategia clara del Kremlin” para “romper la solidaridad en la UE y con Ucrania” e incluso criticó al gigante gasístico ruso Gazprom, que “no parece dominar sus propias decisiones”.
Los Estados miembros acordaron en particular reducir la demanda de gas en un 15% entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023. El reglamento se adoptará formalmente la próxima semana. EFE