Este suceso requirió 1.500 actividades por parte del Gobierno turco, dentro y fuera del país, en las principales capitales del mundo, para restablecer la imagen de una Turquía bajo control, pujante económicamente y abierta al mundo a través de una diplomacia que tiene como uno de sus componentes los medios culturales y la ayuda humanitaria.
Para gran parte de la prensa internacional, Turquía está gobernada por un autócrata, el presidente Erdogan, la oposición sufre persecuciones y no hay libertad de expresión. Muestra de esto es el bloqueo a la enciclopedia virtual Wikipedia, dispuesto por las autoridades turcas en abril de 2017 y vigente hasta hoy.
“Ustedes son víctimas de una percepción”, espetó un periodista de la Turkuvaz Grupo Media, en Estambul (edita 30 revistas, 5 periódicos), a un grupo de colegas paraguayos invitados por el Gobierno del país otomano, cuando alguien señaló que las informaciones que se reciben sobre Turquía describen a un país donde la libertad de expresión no está garantizada.
En Turquía “no hay dictadura”, agregó el periodista que también manifestó que Wikipedia tiene “un doble estándar” y que los medios extranjeros siempre atacan a la política turca.
Para sostener su primera afirmación, recordó que en las elecciones municipales de marzo pasado, repetidas en junio, el partido del presidente Erdogan perdió en Estambul y asumió el candidato opositor, como es normal en una democracia.
“No confundan a Turquía con los países del Medio Oriente”, exhortó el comunicador, y aclaró que hay un periodista preso, director de un periódico, pero “porque reveló secretos de Estado”. Otro de sus colegas interviene y pregunta:
–¿Ven telenovelas en Paraguay?
–Sí, le respondemos.
–¿Entonces? –dice.
De ese modo reivindicó las telenovelas y series turcas que se ven en 56 países del mundo, como vehículos que muestran la vida cotidiana de la Turquía moderna, y otorgó la misma relevancia que desde la Dirección de Comunicaciones de la Presidencia y el Ministerio de Relaciones Exteriores atribuyen a esta industria que, según resaltaron en la primera institución, forma parte del “poder blando” a la que también echan mano para acercar el país a otras naciones y derribar los prejuicios que existen hacia los turcos.
Pero también están empeñados en ganar más aliados a través de su política exterior humanitaria. En 2018 Turquía destinó USD 8.600 millones en concepto de ayuda humanitaria y a proyectos de desarrollo a través de sus 61 oficinas en el mundo.
Es también el país que cuenta con el segundo ejército más numeroso de la OTAN; el que busca adherirse a la Unión Europea, considerando que parte de su territorio está en Europa. Es la 13ª economía en el mundo y 5ª en Europa. Actualmente, 278 países, incluyendo Paraguay, cuentan con embajada allí. Recibe a 40 millones de turistas por año y apuesta a la investigación, a través de un parque tecnológico de gran porte (Teknopark).
Como parte de su poderío aumentó su relación con América Latina, y apunta a un acuerdo de libre comercio con el Mercosur. Todo indica que Turquía se reposiciona y dará mucho que hablar.