Estados Unidos decidió enviar 10 cazas F-35 a Puerto Rico en ese contexto de tensión con Venezuela.
El despliegue de los cazas, comunicado este viernes a la AFP por fuentes cercanas al asunto, se produjo apenas horas después de ese sobrevuelo, un “movimiento altamente provocador”, según el Pentágono.
“Si nos ponen en una situación peligrosa, serán derribados”, declaró Trump poco después de rebautizar mediante un decreto el Departamento de Defensa como Departamento de Guerra.
“Si vuelan en una posición peligrosa, pueden tomar las decisiones que crean adecuadas” añadió Trump dirigiéndose a su ahora renombrado secretario de Guerra, Pete Hegseth.
Washington acusa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de liderar una red de narcotráfico y elevó recientemente a USD 50 millones la recompensa por su captura.
Cuando le preguntaron en el Despacho Oval si desea un cambio de régimen en Caracas, Trump esquivó la demanda: “No queremos drogas que matan a nuestra gente”.
Las fuerzas estadounidenses desplegadas ante las costas venezolanas lanzaron un misil el pasado martes contra una embarcación que presuntamente transportaba drogas.
En el ataque, sin precedentes en la región, murieron 11 “narcoterroristas”, según Trump.
Ese ataque fue una ejecución “sin fórmula de juicio”, criticó el ministro de Interior venezolano, Diosdado Cabello.
“Les diré que el tráfico de lanchas en esa zona ha bajado sustancialmente” desde el ataque, se vanaglorió Trump.
Gira de Rubio. EEUU ha recurrido durante décadas a operaciones policiales de rutina en lugar de usar fuerza letal para incautar drogas en el Caribe. El incremento de la tensión coincidió con una gira del secretario de Estado norteamericano Marco Rubio por México y Ecuador, donde firmó nuevas alianzas para reforzar la lucha contra el crimen organizado y la migración ilegal y advirtió que su gobierno no se echará para atrás.
Los gobiernos aliados de Washington en la región “nos ayudarán a encontrar a estas personas y a hacerlas estallar si es necesario”, dijo Rubio en una conferencia de prensa conjunta con la canciller ecuatoriana Gabriela Sommerfeld el jueves último en Quito.
El mandatario venezolano, por su parte, ha movilizado al ejército, que cuenta con alrededor de 340.000 efectivos, y reservistas, que él afirma superan los ocho millones, denunciando lo que llama “la mayor amenaza que nuestro continente ha visto en los últimos 100 años”.
Estados Unidos acusó formalmente a Maduro de “narcoterrorismo” en 2020 y este año lo acusó de encabezar el cartel de los Soles, que asegura guarda relación con el cartel de Sinaloa, uno de los más poderosos de México.