En un juicio político fugaz, que duró solo cinco días, el guion se cumplió según lo esperado y los republicanos del Senado, constituido como jurado en este juicio político, salvaron a Trump e impidieron que los demócratas se hicieran con suficientes apoyos para condenarle.
Solo siete republicanos votaron a favor de condenar a Trump por “incitar una insurrección”: Susan Collins, Lisa Murkowski, Mitt Romney, Ben Sasse, Bill Cassidy, Pat Toomey y Richard Burr.
El marcador final quedó con 57 a favor de la condena y 43 en contra, unas cifras insuficientes para los demócratas que necesitaban una mayoría de 67 votos para sancionar al ex mandatario, algo que desde el principio parecía altamente improbable debido a la influencia que Trump mantiene en su base de votantes. A favor de absolver al ex presidente votó el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, una figura muy influyente en el partido y que al principio se había mostrado abierto a una condena.
Sin embargo, por la mañana, el equipo de McConnell filtró a la prensa que pensaba absolver al ex mandatario, lo que con toda seguridad influyó en el voto de algunos de sus correligionarios.
COMUNICADO. El día acabó en absolución y solo unos minutos después de que el Senado anunciara el resultado, Trump emitió un comunicado para celebrarlo y para avisar de que su movimiento para “Hacer a EEUU grande de nuevo” (“Make America Great Again”) solo “acaba de empezar”.
“Nuestro movimiento histórico, patriótico y hermoso para ‘Hacer a EEUU grande de nuevo’ solo acaba de empezar. En los meses venideros, tengo mucho que compartir con ustedes y espero continuar nuestro increíble viaje juntos para lograr la grandeza estadounidense para toda nuestra gente. ¡Nunca ha habido nada igual!”, dijo en un comunicado.
Con esas palabras, Trump jugó con la posibilidad de volver a la política sin ofrecer detalles concretos, aunque ya anteriormente abrió la puerta a presentarse a las elecciones presidenciales de 2024.
Su comunicado no incluyó ninguna condena a lo ocurrido durante el asalto de sus simpatizantes al Capitolio el 6 de enero, una de las jornadas más convulsas de la historia de EEUU y en la que murieron cinco personas, entre ellas un policía.
Este proceso pasará a la historia en dos sentidos: porque convirtió a Trump en el primer presidente estadounidense en afrontar y ser absuelto en dos juicios políticos y porque nunca antes se había sometido a un impeachment a un mandatario cuando ya no está en el poder.