La Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones (Ahciet), a través de su presidente, Pablo Bello, se refirió sobre la compra de Cablevisión que lleva adelante la telefónica Tigo y explicó que esta operación puede generar un deterioro significativo en las condiciones de competencia, lo que perjudicaría directamente a los consumidores.
“Es preocupante el traspaso de licencia de espectro radioeléctrico de Cablevisión a Tigo, el principal operador en telefonía e internet móvil, por la acumulación de espectro que conlleva. De aceptarse esta fusión, Tigo dispondrá de 205 MHz de espectro, aproximadamente siete veces más de lo que posee Claro y considerablemente más de lo que tienen Personal y Vox”, explicó Bello en entrevista con ÚH.
Agregó que esta asignación tan desigual de espectro entre operadores distorsiona la competencia y que no conoce a nivel internacional un mercado competitivo que tenga una distribución de espectro tan desigual.
“Como mínimo debería obligarse a Tigo a desprenderse de los 50 Mhz de espectro que obtendría de esta operación y que dicho espectro sea licitado inmediatamente en condiciones competitivas y razonables bajo la supervisión de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel)”, expresó Bello.
Dijo que existen diversos casos en los que ante la realización de una operación de este tipo las autoridades han obligado a la empresa involucrada a devolver espectro, tal como ha ocurrido por ejemplo en Chile y Argentina. A su parecer, el presidente Federico Franco tiene que intervenir para evitar que la transacción termine de concretarse.
MONOPOLIO. Consultado sobre si la operación hará que Tigo sea un monopolio y por qué se afirma esto, siendo que Claro y Copaco también ofrecen televisión pagada, el titular de Ahciet manifestó que para que exista real competencia tiene que existir un mercado desafiable. Es decir, que los entrantes puedan competir en igualdad de condiciones con el incumbente y que sean los usuarios los que elijan en virtud de la calidad y precio de los servicios.
Añadió que el tener el monopolio de un contenido de tan alta demanda como es el fútbol constituye una distorsión a la competencia.
Bello considera que el ente regulador debe impedir que se concrete la operación porque “este tipo de prácticas claramente suele perjudicar a los consumidores, generando menores niveles de penetración de los servicios, altos precios y menor calidad. Incluso puede desestimular a nuevas compañías a entrar en el mercado, reduciendo el nivel de competencia, generando menor oferta y por lo tanto menor competencia en precios, en detrimento de los consumidores”, ratificó.
Bello finalizó diciendo que está probado en todo el mundo que la concentración económica es negativa para los usuarios, que terminan pagando más por los servicios. Reafirmó que no hay mejor estímulo para las inversiones, para mejorar la cobertura, el acceso y la calidad de los servicios que un mercado abierto y competitivo.
Ahciet tiene sede en Bogotá, Colombia, y se fundó hace 30 años. Suele realizar eventos en las diferentes ciudades latinoamericanas para explicar la importancia de las telecomunicaciones y, sobre todo, su buen uso en el mercado.
LA GUERRA ENTRE LAS TELEFÓNICAS
Tras un año de negociaciones, Tigo adquirió todos los activos y licencias de Cablevisión del Grupo Clarín por USD 150 millones. El conglomerado de empresas lo forman TVD, Unicanal, CMM, Fibertel y Teledeportes. CMM es la firma que ya tiene 50 MHz en la banda de 2.600, por lo que la frecuencia sería traspasada a Tigo. Esto es lo que objetan sus competidoras, porque en esta frecuencia se puede crecer en internet, el negocio del momento.
Personal desde un primer momento acusó a Tigo de querer erigirse en una superoperadora dominante. A su vez Tigo se defiende con el argumento de que es la empresa del rubro que más invierte en el país. Conatel ya aprobó la operación de traspaso de las empresas.