Media España está afectada por una borrasca de fuertes tormentas y lluvias torrenciales, que causaron grandes inundaciones y riadas entre el miércoles y este jueves, cortes de carreteras, ferrocarril y electricidad, cuantiosos daños materiales y pérdidas millonarias pendientes de concretar. Aunque sin causar víctimas, la fuerza del agua dejó un paisaje desolado en poblaciones del centro y este del país, pues anegó tierras de cultivo, viviendas y locales comerciales, y arrastró decenas de automóviles, contenedores urbanos, enseres domésticos, vegetación y toneladas de barro, entre gran desesperación e impotencia de vecinos y propietarios.
Los servicios de emergencia no daban abasto para atender las numerosas incidencias, como túneles y garajes llenos de agua, cortes eléctricos y de agua potable, personas aisladas y vehículos atrapados.
Las autoridades regionales reclamaron la declaración de zona catastrófica para los lugares más dañados por este fenómeno atmosférico, que dejó 41.000 rayos y récord de precipitaciones en algunas localidades cuando aún quedan casi tres semanas de verano, la estación más seca del año en España.
Catorce de las 17 regiones del país se encontraban el jueves en alerta. EFE