La siembra ininterrumpida debería empezar a más tardar este 10 de setiembre, pero el presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, duda de que se pueda alcanzar la fecha, ya que no hay lluvias que garanticen el buen comportamiento de las semillas en su primera etapa.
“Todavía muy tímido el arranque, no hay suficiente humedad, más al Sur cayó algo de lluvia, pero en general el suelo está todavía con déficit de humedad. Este va a ser un año con lluvia muy ajustada”, señaló.
A su parecer, habrá un atraso de la campaña 2021-2022, aunque no hay certezas si será similar al periodo anterior, en que la siembra tardó más de un mes en extenderse a nivel país.
A pesar de las expectativas agroclimáticas, Cristaldo dijo que no se puede descartar un nivel de producción como el obtenido en la campaña 2019-2020, que alcanzó 10,7 millones de toneladas, sin contemplar la soja zafriña.
Para tener la oportunidad de acercarse al récord histórico, los agricultores apuestan nuevamente a 3,7 millones de hectáreas como mínimo.
DIFICULTADES. El representante de la UGP comentó que para los trabajos de este año hubo complicaciones en el abastecimientos de insumos, especialmente de fertilizantes importados, debido primeramente a la bajante de los ríos que demoró la llegada y posteriormente por el paro de camioneros, que obstaculizó su distribución.
Sin embargo, el atraso de las lluvias está permitiendo que las cargas lleguen a tiempo a las diferentes parcelas del país.
3,7
millones de hectáreas de soja como mínimo planean sembrar los agricultores para la campaña 2021-2022.