Uno de los integrantes de Les Luthiers hace de paciente que entra en crisis al intentar escribir una tesis doctoral sobre la obra del entrañable Johann Sebastian Mastropiero (célebre personaje que el grupo creó en 1968, en el programa televisivo Todos somos mala gente), y decide recibir sesiones de psicoterapia. Entre sesión y sesión aparecen los componentes del grupo, con divertidas obsesiones y divagaciones antológicas.
El público paraguayo se hizo sentir no solo con la presencia masiva, sino también con las risas y carcajadas provocadas por el carisma de este grupo de humor argentino, conformado por Marcos Mundstock (el doctor), Carlos Núñez Cortés, Daniel Rabinovich (paciente), Carlos López Puccio y Jorge Maronna.
Con creatividad, los Les Lu- thiers hablaron de las neurosis, de las sesiones de terapia, de la amistad y de los precios especiales para amigos.
El humor fino y sutil, el ingenio y la habilidad resaltaron en este espectáculo, que combinó la adecuada utilización de términos de la psicoterapia, con música y teatralizaciones, y, por supuesto, ese toque particular de respeto al público, dejando de lado palabras soeces. La opereta medieval El arcángel y la harpía, Las bodas del Rey Pólipo, el oratorio El flautista y las ratas, y la cumbia epistemológica Dilema de Amor, forman parte de la entretenida función, donde la poesía y la musicalidad tienen lugar preponderante.
El Cruzado y El Día Final (exorcismo sinfónico coral), con innovadores instrumentos musicales, como el bolarmonio, también formaron parte del programa.
Les Luthiers mostró –una vez más– al público nacional por qué es uno de los grupos de humor más reconocidos en países hispanohablantes. Sin dudas, un gran espectáculo.