Sin dudas existen muchas profesiones en la vida que son bastante complicadas y riesgosas para quienes la cumplen y exigen bastante sacrificio, dedicación y extrema atención en cada jornada para evitar accidentes y complicaciones.
Don Celedonio Aquino Maidana tiene a su cargo una de ellas: La de cuidar a Maia, la elefanta asiática que desde 1972 está en el zoológico de Asunción, cuando llegó a nuestro país con apenas dos años de edad.
El mismo explica que ganarse la confianza de un ejemplar de más de 5.000 kilos lleva un largo proceso, que en su caso le demandó un año antes de poder ingresar al hábitat que hoy ocupa este enorme animal.
“Cuando me asignaron esta tarea tuve que ser adiestrado por don Abelardo, de 71 años, quien ahora ya se encuentra jubilado. Al principio me manejaba por la orilla del recinto y Maia no me sacaba la mirada de encima. Un día don Abelardo me dijo que entre detrás de él, porque la elefanta ya me había ganado cariño y que solo no le demuestre miedo. Sin embargo, ese día el corazón casi me salió por la boca”, recordó.
Indicó que a pesar del miedo que transmite estar frente a un animal de tremenda envergadura, en la práctica se trata de un paquidermo bastante dócil con el cual se disfruta trabajar.
DETALLES. Don Celedonio, quien lleva 13 años en el zoo y 7 años en esta función, dijo que tiene una familia compuesta de dos varones, uno de 30 y otro de 27 años, y que lamentablemente con su esposa no pudieron tener la nena que quiere todo matrimonio.
“Tengo dos varones en mi familia. Por eso digo que Maia es la hija que no nos vino”, resaltó bastante emocionado.
Manifestó que Maia es como una persona, con su propio carácter y que tiene esos días en los cuales parece estar enojada y no quiere que nadie la moleste en su recinto.
“Cuando está en esos días en que parece estar enojada es mejor no molestarla. Todo objeto que está dentro de su hábitat es muy apreciado por ella, especialmente algunas cubiertas, con las que juega todo el tiempo. Esas ruedas no hay que ni mirarlas”, expresó con una sonrisa en el rostro.
Apuntó que el día para el cuidado de la elefanta comienza muy temprano, a las 5.20, cuando se le pone la comida, su dieta diaria es de 40 kilos de lechuga, tomate, zapallo, repollo y pasto camerún.
Puntualizó que en cada jornada se sacan dos carretilladas de su defecación y la limpieza de la pileta lleva dos días, ya que se debe sacar el barro que se acumula en el fondo.
Por su parte, Maris Llorens, directora del zoológico, expresó que “Maia tuvo muchos cuidadores. Los elefantes asiáticos quieren mucho a las personas que los cuidan. Él (por don Celedonio) siempre cuidó muy bien a Maia. Y eso es fundamental. Cuando no se les cuida se nota, porque el animal mismo los rechaza y no quiere que entren a su hábitat”, puntualizó.