El restaurante Talleyrand fue seleccionado para presentar el menú del primer almuerzo presidencial, que contó con la presencia del nuevo presidente Peña, su familia e invitados, compatriotas y extranjeros.
Los platos fueron caracterizados por los detalles autóctonos y la excelencia culinaria, innovadora, que apuntó a un público entendido y diferenciado. Siguiendo un proceso de investigación para cada plato, Talleyrand brindó una experiencia gastronómica única a sus comensales.
Desde la empresa mencionaron que fue todo un honor colocar platos que combinan la creatividad del chef, ingredientes de alta calidad y un ambiente elegante para la degustación del menú.
Cada plato más que una comida
Talleyrand expresó su pasión por la cocina y el deseo de deleitar los sentidos de aquellos que buscan una experiencia culinaria inolvidable.
Desde la meticulosa selección de ingredientes frescos y de temporada, hasta la presentación artística de cada creación en el plato, Talleyrand redefinió la idea de la cocina refinada al fusionar técnicas clásicas con enfoques autóctonos e ingredientes nacionales.
De entrada: pira caldo de surubí del Río Paraná, en bisque de sus propios sabores.
El menú principal: costilla chaqueña, braseada con una cocción lenta de seis horas; acompañado con aligot de mandioca y poroto manteca, salteado con calabaza al rescoldo.
El postre: la mayor parte con ingredientes paraguayos. Volcán de miel negra, inspirado en la famosa torta hû, muy popular en las calles de Asunción; mousse de cítricos; cheesecake de queso Paraguay y dulce de mamón con caramelo de yerba mate.
El plato más ponderado fue el del menú principal. La creación del menú presidencial trajo consigo un gran desafío para el equipo. Lograr la cocción prolongada de la costilla, la textura del puré que fue muy especial y el conjunto de técnicas culinarias realizadas al mismo tiempo, no impidió que los platos se sirvieran en tiempo y forma.
Inspiración en conjunto
Todo el equipo estuvo involucrado en la creación del menú, que se diseñó para resaltar los ingredientes autóctonos de Paraguay y ofrecer a los invitados una experiencia culinaria de alto nivel.
Se utilizaron productos locales, como la carne del Chaco, el surubí del Río Paraná, verduras y quesos de plantaciones y mercados nacionales.
A través del menú especial, Talleyrand compartió la historia y la cultura del país con los visitantes internacionales.