Según confirmó Artemio Vera, director de Establecimientos Penitenciarios y Centros Educativos, la decisión se tomó cuando la población superó los 4.055 reclusos que viven hacinados en un lugar que tiene capacidad para solo 1.600 personas.
De esta manera, Tacumbú mantendrá sus puertas cerradas para recibir a nuevos internos por tiempo indefinido. “Se espera que unas 500 personas salgan en libertad, para reabrir las puertas”, indicó Vera, quien estimó que el centro de reclusión volvería a recibir reos en unos meses, sin poder precisar una fecha exacta.
Por el momento, las personas que tengan que cumplir con la prisión preventiva serán llevadas al penal Juan Antonio de la Vega, de Emboscada, al penal antiguo de la misma ciudad y a las penitenciarías regionales de Coronel Oviedo y Misiones.
En el 2013, la entonces ministra Sheila Abed ya había tomado una decisión similar, tras superar los 4.000 internos. La cárcel de Tacumbú recibe a diario alrededor de 15 entradas, la mayoría de ellas por delitos relacionados con la violencia familiar, robos y hurtos, entre otros.
La cantidad de reos que recuperan su libertad es desproporcional; según los datos oficiales, solo salen por día entre siete y ocho reclusos.
Esta misma decisión también se tomó con la cárcel regional de Ciudad del Este, la más poblada del país, después de Tacumbú.