25 abr. 2024

Stroessner, los stronistas

Miguel H. López – @miguelhache

El interés de un grupo de seguidores del dictador Stroessner de repatriar los restos del tirano, que yacen en Brasilia, es una provocación.

A lo largo de la inacabada transición democrática hubo varios intentos de traerlo; dos en vida (2000 y 2004) y dos póstumos: en 2012 y ahora. En todos los casos, los propósitos fracasaron ya por la oposición abierta de diversos sectores de la sociedad, ya porque el acto solo puede desencadenar problemas al poder.

Pareciera contradictorio. En una sociedad altamente stronista, marcada por casi 35 años de una sanguinaria dictadura cívico-militar (1954-1989), que inficionó culturalmente a la población, la búsqueda por repatriar los restos de quien hizo del poder un aparato de persecución y muerte, genera resistencia en un importante número de habitantes.

Más allá de la importante contestación que construyen las terribles historias reveladas en libros, documentos y relatos, sobre los años de terror, y del testimonio de quienes lucharon y sobrevivieron a la dictadura, el simple hecho de hablar de la posibilidad de retorno sensibiliza las heridas del pasado y desata la controversia de dos pedazos del país que confrontan ya sea de modo explícito, a veces, y soterradamente, las más de las ocasiones.

El derecho a reposar en la tierra de nacimiento es uno de los argumentos que enarbolan los stronistas. Un motivo hasta comprensible dentro del imaginario nacionalista y católico que curte a un importante sector de paraguayos. Sin embargo, detrás del propósito de repatriación subyacen una serie de acciones políticas pretendidas, que no solo reavivarán la reivindicación de la figura del dictador y su nefasta obra, sino que provocará inusitado daño al maltrecho proceso de transición política y confrontaciones en diversos estratos de la población.

En los anteriores intentos de traerlo vivo o muerto, los escenarios políticos incorporaban circunstancias que no permitían la total garantía para cubrir de impunidad el acto. En el actual contexto, es distinto. El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, es hijo del secretario privado –cómplice y encubridor– de Stroessner. En sus intervenciones públicas sobre lo que fue la dictadura, su posición fue más favorable y reivindicadora que crítica o criteriosa; y en su entorno mediato e inmediato, persisten los escombros y personeros del stronismo más recalcitrante.

Esta situación hace un guiño cómplice a las acciones de la Comisión de Repatriación, liderada por el ex director de Correos del régimen, Modesto Esquivel, quien anuncia la existencia de comisiones en el interior, a lo largo de la ruta por la que pasarían los restos y en cuyo trayecto le rendirían homenaje.

La sociedad paraguaya sigue dividida sobre la dictadura y sus consecuencias. El retorno de las cenizas de Stroessner no debe permitirse en este momento. Las circunstancias históricas no lo admiten. Las reparaciones a sus víctimas por parte del Estado y su terrorismo no están siquiera asumidas con sinceridad y menos cubiertas integralmente. Y no existe aún un proceso maduro en donde la irrupción de su memoria nefasta no represente un agravio a los sobrevivientes y a la sociedad vilipendiados por él.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.