29 mar. 2024

Solo en Paraguay

Brigitte Colmán – @lakolman

ANDE - Transformador.png

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¿Recuerdan aquella tormenta, y aquel fin de semana que pasamos sin energía eléctrica? ¿Recuerdan aquellos días de corte del servicio de agua potable? ¿Recuerdan aquel infierno?

La buena noticia que les traigo es que no estamos solos en ese valle de lágrimas. La mala noticia es que lo que nos suele pasar por aquí, puede llegar a ser peor.

Esto que les relato sucedió en Macapá, un municipio brasileño, que es capital del estado de Amapá, ubicado al noreste. Si se fijan en el mapa, está allá arriba, bien arriba.

Una web de turismo promociona la ciudad como la Capital del Medio del Mundo, por estar cortada por la línea del Ecuador. Tiene costas sobre el río Amazonas, y dicen que cuando hay crecida, se practican deportes acuáticos, y cuando no hay agua, pues sus habitantes juegan al fútbol en el lugar donde el río queda seco. Claro que también juegan al fútbol en su estadio, que es muy famoso, el Zerão, que tiene su cancha dividida precisamente por la línea del Ecuador.

En esta región hay una gran influencia negra; de hecho, tienen una comunidad Quilombola en medio de la selva. Como bien sabe la culta audiencia, los quilombos eran centros de resistencia donde se juntaban los esclavos que huían. Algunas de esas comunidades existen hasta hoy, una de ellas está precisamente cerca de Macapá.

Si a algún lector se le ocurre ir de visita, ahora que de a poco se están levantando las restricciones, le advierto que puede que no sea el momento más oportuno. Les explico por qué.

Macapá ya lleva más de 19 días sufriendo los efectos de un apagón, tras el incendio de una subestación. Después del gran apagón sobrevino el racionamiento de energía, o sea, apagones por aquí y por allá.

Las agencias internacionales reportaban el caos, que se veía por todas partes: Filas para comprar hielo y agua; y los vecinos denunciaban asimismo que hubo un fuerte aumento en los precios de los alimentos y de la gasolina. La situación era desesperante: Un calor de más de 40 grados y ya no había hielo ni agua.

Pero eso no es todo. En Twitter contaba alguien que durante el fin de semana, la ciudad de Macapá sufrió inundaciones. O sea, después de semanas enteras sin energía eléctrica, desabastecimiento de alimentos, escasez en sus hospitales, sin internet y escasez de agua potable, encima se les vino una inundación.

El problema de la energía en Macapá resulta un poco más complejo que nuestros habituales apagones gentileza de la ANDE. Resulta que la empresa privada que provee el servicio en ese estado no contaba con un transformador de reserva, y tuvieron que pedirle socorro a la Eletrobras, que es una entidad del Gobierno brasileño, responsable de la generación y distribución de la energía eléctrica.

La historia es larga y complicada. La Justicia le emplaza a la empresa privada a que restablezca la energía en Amapá, pero resulta que la multinacional en cuestión se había declarado en quiebra y ya no controlaba más esas líneas de transmisión, pues fue vendida otra compañía.

Al final se declaró situación de calamidad pública, y el Gobierno tuvo que destinar unos 3,99 millones de dólares para la compra de combustible y alquiler de generadores.

Paraguay produce abundante energía limpia, y nuestra crisis energética se debe a décadas de falta de inversión de los sucesivos gobiernos, y por supuesto a la falta de transparencia, eso sabemos, pero no hay que dejarse engañar, a Macapá le dejó sin luz una empresa privada.

¿Te imaginás que empresas privadas como esas, se pongan a jugar con nuestra energía?, como lo hicieron primero con el Metrobús y después con el billetaje. Nadie tiene una bola de cristal para adivinar el futuro, pero esas cosas terribles que les suceden a los macapaenses suenan bastante apocalípticas.

Por las dudas, crucemos los dedos y agreguemos otro pedido más a la Virgencita de Caacupé.

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