En el sistema figura con tres préstamos otorgados en el 2018, 2019 y 2020, pero él no retiró ningún dinero ni solicitó el crédito.
Había recurrido a la institución financiera en el 2017, cuando presentó un plan de trabajo para cría de animales. Había empezado a trabajar en el rubro, pero como el nacimiento de su hija se aproximaba, decidió vender todo, saldar su deuda y migrar al Departamento Central para una mejor atención médica.
A su regreso se dedicó nuevamente a diferentes oficios, entre albañilería y trabajos en estancias. Ante el rumor que corría en la zona sobre estafas a clientes del Crédito Agrícola de Habilitación, se acercó a la institución para revisar su historial, donde efectivamente figuraba como deudor. La primera irregularidad detectada es el otorgamiento de estos préstamos de manera consecutiva sin haber saldado la cuenta anterior, trámite que no está permitido en el CAH, donde tres funcionarios, que forman parte del Comité de Crédito, tuvieron que haber aprobado el proceso.
Como nunca se honraron estos compromisos, la deuda fue creciendo con los intereses y la mora.
A Ramón le gustará retomar su proyecto pecuario, ya que incluso cuenta con algunos insumos, pero ante esta situación, quedó sin financiamiento.