Entre la angustia y la impotencia, María Antonia Ramos relata que desde hace 22 días aguarda que la máquina para radioterapia vuelva a funcionar. Afirma que su marido, paciente con tumor, depende de este tratamiento para mejorar su calidad de vida.
“Venimos desde Caaguazú para seguir con el tratamiento. Según los doctores, la radioterapia es la única solución, pero hace 22 días nos dicen que se quemó algo de la máquina. Hay un cierto cupo en Codas Thompson para pacientes de acá, pero es muy poco”, relata la mujer quien desde hace tres meses reside con su esposo en el albergue del Instituto Nacional del Cáncer (Incan).
Al igual que este caso, otros 80 pacientes oncológicos tuvieron que interrumpir su tratamiento de radioterapia por la maquinaria en reparación. El 17 de enero, la institución había comunicado que ya funcionaba el equipo, tras la adquisición del repuesto necesario; sin embargo, ahora señalan que nuevamente se encuentra en proceso de reparación.
“Es un equipo que está teniendo problemas de tanto en tanto. El anterior caso fue del equipo en sí. Ahora la falla es la placa estabilizadora de corriente, pero que ya se compró de EEUU y funcionará en seis días, según nos dijeron”, sostuvo el director médico del Incan, Blas Medina.
Señaló que para realizar una atención regular se precisan por lo menos tres equipos de radioterapia en el Incan. “Paraguay necesitaría tener por lo menos siete u ocho equipos de radioterapia. A nivel público, tenemos solo uno (ahora inactivo) y en el sector privado hay tres. Estamos en déficit”, comentó el profesional.
Medicamentos. Otro de los reclamos frecuentes de pacientes tanto internados como ambulatorios es la falta de medicamentos. Desde un paracetamol hasta los fármacos más costosos. Al igual que insumos que comprenden desde gasas hasta bolsas para pacientes con cáncer de recto.
“Las bolsas nos volvieron a dar después de dos meses. Si vamos a comprar nosotros nos cuesta G. 45.000 cada una y se debe cambiar día de por medio. Cada mes nos dan 10 unidades”, señaló la paciente Luciana de Centurión, quien debe ir desde Capiatá cada 22 días.
Al respecto, Medina sostuvo que los medicamentos son fluctuantes, pero que la cobertura de fármaco en el instituto es del 98%.
Ahora la falla es la placa estabilizadora de corriente, que funcionará en seis días, según nos dijeron. Blas Medina, director médico.
Es difícil para nosotros recurrir a un hospital privado para hacer radioterapia porque es muy caro .María Antonia Ramos, familiar de paciente
Poca utilización de vacuna preventiva para niñas
El cáncer de mama y del cuello uterino son los casos más frecuentes que atienden en el instituto. Instan a recurrir a métodos preventivos y a controles para diagnóstico precoz. “La vacuna que previene el cáncer del cuello uterino, para niñas de 9 y 10 años, es gratuita pero no llega a la población por una cuestión cultural. Aproximadamente, 67.000 niñas es el objetivo por año, pero solo el 50% recibe la vacuna. Es una lástima porque aplicando eso hay una garantía de que casi el 98% de las nenas que reciben las dosis no van a tener cáncer de cuello uterino”, según el Dr. Blas Medina